A la fuerza

A 41 días del comienzo de las protestas en las calles de Chile, el presidente Sebastián Piñera subió la apuesta a la represión y anunció que “es hora de decir basta”, con el ingreso de otros 2.500 carabineros a las fuerzas del programa que lanzó para responder a las manifestaciones y un paquete de leyes con el que pretende darle más soga a los operativos de “orden público” y “seguridad ciudadana”.

“Llegó el momento de decir ¡Basta! Llegó el momento de que todos nos unamos en forma categórica nuestros compromisos y voluntades para combatir la violencia”, declaró ayer en el palacio La Moneda.

Sin embargo, las decisiones tomadas para resolver la crisis política, social, económica y de seguridad no terminan de fraguar en la paz de Chile. Hasta ahora, Piñera solo busca la salida a partir de la represión de las manifestaciones, mientras la nueva Constitución sigue a la espera de ser redactada y hasta el lunes fueron detenidas 18.552 personas por los disturbios.

Mientras, la justicia chilena investiga la muerte de 26 manifestantes, cinco de los cuales fallecieron a causa de la participación de los agentes del Estado. Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile, hay 2.808 ciudadanos heridos que debieron ser hospitalizados, mientras que Piñera dijo que hubo 2.210 carabineros y policías que resultaron lesionados –57 heridos de bala y 45 quemados por bombas molotov– y 188 comisarías y 971 vehículos policiales han sido atacados.

Como respuesta, el presidente chileno anunció que “a partir el próximo lunes contaremos con 2.505 carabineros y policías que se sumarán para el orden público y la seguridad ciudadana, y dentro de los próximos 60 días tendremos 4.534 carabineros y policías adicionales”, señaló Piñera.