La falta de agua somete al norte cordobés a una vida alejada del progreso.
Los camiones demoran varios días en llenar los tanques y sus habitantes deben comprar bidones para consumo.
Como en tiempos ancestrales, las autoridades esperan que las lluvias solucionen un problema subestimado durante años.
Parece un desierto
La escasez de agua en el norte cordobés siempre fue un problema.
Subestimado por las distintas gestiones, la situación es insostenible.
Desde San Francisco del Chañar hasta Totoral, son muchas las localidades afectadas, según detalló a Al Revés Mario Aventuroso de la FM Comunitaria La Plaza.
En las zonas bajas, solo tienen agua dos horas al día.
En las altas, directamente no llega
“El 80% del pueblo vive en la zona alta”
Mario Aventuroso, periodista de FM Comunitaria La Plaza de San Francisco del Chañar
Con los grifos convertidos en goteros, los habitantes deben comprar bidones de agua para su consumo.
Para otros usos, dependen de los camiones de agua que envían los municipios.
Pero las demoras pueden alcanzar hasta una semana, visibilizando así las desigualdades a la hora del reparto.
En diálogo con Al Revés, Miguel Molina – vicepresidente del Centro de Jubilados de Chuña y miembro de la Comisión de PAMI – comparó el lugar con un desierto.
“Prácticamente está prohibido bañarse. Hay que hacerlo en 5 minutos”
Miguel Molina
Para lxs adultxs mayores, el problema es aún mayor ya que el riesgo de deshidratación es más rápido que en el resto de la población.
A su vez, quiénes se dedican a la ganadería, también ven peligrar su fuente de ingresos.
Los animales no tienen agua para beber y mueren de sed
Sin planificación ni renovación de la infraestructura, las autoridades depositan sus esperanzas en la llegada de las lluvias como en tiempos ancestrales.
En la mayoría de las localidades del norte de Córdoba el agua proviene de los pozos, por lo que es necesario planificar perforaciones para encontrar en las napas el líquido vital
¿Quién se ha tomado toda el agua?
El largo camino hacia la crisis hídrica involucra tanto la condición natural árida/semiárida de la provincia, como la acción del ser humano sobre el medio ambiente.
Consultado por Al Revés, el investigador Sergio Chiavassa explicó que el crecimiento inmobiliario y la extensión de la frontera agrícola ganadera provocaron una gran demanda de agua en lugares donde la disponibilidad es muy baja.
Si a eso le sumamos el desmonte y los incendios, la recolección del agua de lluvia a través de las sierras y las capas subterráneas del suelo se torna complicada.
Además, Córdoba se caracteriza por lluvias muy estacionales y de bajo nivel de precipitación.
Para el ingeniero agrónomo, no existe una solución a mano.
Frenar el desarrollo inmobiliario y el desmonte forman parte de políticas que no son populares para quienes buscan perpetuarse en el poder.
“Es necesario un cambio de conciencia política y social que nos permita la integralidad de la sociedad con el ambiente”
Sergio Chiavassa
Mientras el monte continúe siendo reemplazado por el cemento, los territorios se volverán impermeables y el agua brillará por su ausencia.
La falta de agua es un problema que fue históricamente subestimado en el norte provincial