“Acá se cumplieron las medidas porque queremos salir de esto cuanto antes”
Mientras en Argentina florecen las denuncias y marchas en contra de las restricciones, en Nueva Zelanda disfrutan de una vida casi “normal” gracias a las fuertes disposiciones que implementó el gobierno el año pasado y a una población que respeta las medidas en favor de la vida.
lunes, 19-abril-2021

En Nueva Zelanda, el uso del barbijo es obligatorio solo en los vuelos domésticos gracias a la firmeza de las medidas iniciales que tomó la primera ministra Jacinda Ardern.
Sin “militar el exilio” como plantean algunos medios hegemónicos y resignificando el “sí se puede”, Nueva Zelanda es uno de los países que logró controlar la pandemia, cuidando la vida de su población y con una esperanzadora vuelta a la normalidad.
Con un total de 26 personas fallecidas por covid y menos de tres mil contagios, la primera ministra Jacinda Arder- quien aumentó el impuesto a los ricos – cerró sus fronteras en marzo del año pasado e implementó una cuarentena ultra-estricta en donde les ciudadanes solo podían salir a comprar alimentos, a trabajar en el caso de que sea considerado “esencial”, y/o a realizar ejercicio al aire libre y caminar por el barrio. No hubo marchas ni resistencia por parte la población. Recién hoy habilitaron “una burbuja” para que las personas puedan circular entre Australia y la isla.
En diálogo con Nada del Otro Mundo, Florencia Montaruli – argentina residente en Nueva Zelanda – describió que la estrategia que se aplicó fue “bastante polémica”, pero que la idea de ir “duro y rápido” permitió que hoy gran parte de la población viva en la normalidad sin casos comunitarios. “Tenemos medidas ya incorporadas como el uso del alcohol en gel. El barbijo es obligatorio solo para los vuelos domésticos y es opcional para el transporte público”, remarcó.
Con relación a les repatriades, explicó que deben permanecer aislados en hoteles durante dos semanas y que, a pesar de que los tres tests den negativo, no pueden salir de su habitación hasta que se cumpla el período de confinamiento. “Acá la gente entiende lo que tiene que hacer para resolver el problema”, opinó. “No se trata de ponerse de un lado o del otro, sino de pensar que hay que salir cuanto antes de esto porque no se puede vivir eternamente en cuarentena, ni sometido a lo que está pasando”, analizó.
A su vez, el país lleva adelante una campaña de vacunación lenta pero con cierta tranquilidad en virtud del control de la pandemia. A diferencia de nuestro país, comenzaron a vacunar a les trabajadores de fronteras, personal de vuelos y a quienes realizan tareas en los centros de aislamiento. “Ahora están con el personal de salud, luego seguirán con la gente mayor o con alguna patología de base y, en última instancia, el resto de la población”, detalló.