Alberto presidente
El candidato del Frente de Todos fue electo con el 48 % de los votos contra el 40 % de Macri. Si bien la diferencia fue amplia, disminuyó mucho respecto de las PASO. Roberto Lavagna cayó todavía más, la izquierda no hizo una buena elección. Juntos por el Cambio limó los votos de las propuestas de derecha. La polarización se llevó puesta la elección.
lunes, 28-octubre-2019

Alberto Fernández cerró los festejos en el comando de campaña del Frente de Todos. Antes, hablaron Axel Kicillof y Cristina.
Pasadas las 9 de la noche, empezó a afirmarse en todos los rincones de la Argentina la certeza: Alberto Fernández había ganado las elecciones y era el nuevo presidente electo de nuestro país. La fórmula del Frente de Todos –con Alberto Fernández y Cristina- obtuvo el 48,10 % de los votos contra 40,37 % de Macri-Pichetto. La diferencia, que terminó siendo de 8 puntos, se redujo a la mitad desde las PASO.
Esta vez, el mapa reflejaba que el oficialismo actual vencía en las provincias del corredor central del país, y Alberto Fernández ganaba tanto en el norte como en el sur. Esta vez, Macri no solo ganó en Córdoba y en CABA sino también en Entre Ríos, Santa Fe, San Luis y Mendoza.
El Frente de Todos obtuvo 12.473.709 votos, un crecimiento de 270 mil votos en comparación con las primarias. Mucho más fuerte fue el crecimiento de Mauricio Macri, que con un discurso derechizado y haciendo la marcha del Sí se puede, sumó más de 2 millones de votos, captando gran parte de los nuevos electores y votos de Gómez Centurión y de José Luis Espert. La izquierda perdió 160 mil votos.
Roberto Lavagna, por su parte, se quedó con apenas un 6,17 % de los votos luego de perder casi un cuarto de los votos que había obtenido en las PASO. El nivel de polarización puso a la primera vuelta electoral con niveles casi de ballotage.
El macrismo volvió a manipular la carga y difusión de datos. Los distritos más favorables a Juntos por el Cambio tuvieron una velocidad de carga mucho mayor que aquellos donde el Frente de Todos tiene más peso. Eso generó que los primeros datos –que son importantes al ser los que imprimen la primera sensación- dieran una diferencia sensiblemente menor a la que finalmente fue. Lentamente, y cuando ya muchos se habían ido a dormir, se cargó el resto de los datos y los números empezaron a acercarse a la placa final.
La voluntad popular decretó que, a partir del 10 de diciembre, Argentina empezará a transitar otro camino.