Alcanzar la meta
Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, apuntó al Ejecutivo por la inflación y sostuvo que los aumentos de las tarifas “tornan difícil” hacer política monetaria y afirmó que la inflación tiene que ceder de manera significativa para alcanzar la meta, aunque eso implique subir más la tasa de interés.
lunes, 16-abril-2018

El titular del Banco Central envía señales de alarma al resto del equipo económico de Cambiemos.
“Lo más fácil del mundo” que era bajar la inflación según el Presidente Macri en 2015, antes de ser Presidente, está empezando a hacer estragos en el gobierno. A las declaraciones de Carlos Melconian, quien volvió a decir que la meta del 15% de inflación “no existe”, se sumó la ofensiva de Federico Sturzenegger, titular del Banco Central, quien sacudió de lo lindo a las políticas oficiales que generan aumentos de precios.
En la presentación del Informe de Política Monetaria de abril, el funcionario dijo que los aumentos de tarifas tornan “difícil hacer política monetaria” y reconoció que “la inflación tiene que caer de manera significativa” para cumplir la meta.
“Tendremos una desinflación pronunciada a partir de mayo”, aventuró el presidente del Central, quien se animó a subir la apuesta con el objetivo desesperado de contener la escalada de precios, que en el primer trimestre de 2018 fue del 6,7%, casi la mitad de lo que el gobierno esperaba para todo el año.
“Aumentaremos la tasa de interés si fuera necesario” afirmó, al tiempo que caracterizó a la alta inflación como un “período temporal”. Aunque considera “adecuado” el nivel de las tasas de interés, no dudó en afirmar que si los resultados no son los deseados por el equipo económico, desde la entidad evalúan “una tasa más alta”.
Como lo señaló a este portal el economista cordobés, José María Rinaldi, el gobierno insiste con recetas monetaristas para contener la inflación, lo que para este profesional “es un diagnóstico equivocado del problema, porque la inflación tiene que ver fundamentalmente con la concentración económica, una estructura productiva desigual, y la dependencia del dólar en un país que come lo que exporta”.
Una visión macroeconómica que no garpa entre “los fundamentalistas del mercado” que hoy conducen la Argentina.