AUH: la realidad supera a la ficción
El sociólogo Daniel Schteingart publicó en twitter datos de Anses sobre la Asignación Universal por Hijo que destruyen los mitos sobre que las mujeres pobres se embarazan para cobrar este programa: “El 80% de las madres tiene entre 1 o 2 hijos, solo el 2,4% tiene 5 niños”. La última en estigmatizar la pobreza había sido la cantante Lucía Galán, del Dúo Pimpinella.
martes, 25-julio-2017

“La única verdad es la realidad” dijo hace un tiempo uno de los más importantes líderes políticos argentinos, y el sociólogo Daniel Schteingart lo tomó al pie de la letra: en su cuenta de twitter publicó una serie de datos con información de la Anses, que indican que “el 80 por ciento de las mujeres que cobran la Asignación Universal por Hijo tienen entre 1 y 2 hijos”.
La información es oportuna para rebatir el mito de que las mujeres pobres se embarazan para cobrar el programa más exitoso y transparnte del kirchnerismo en políticas sociales, que ayer buscó desacretitar la cantante Lucía Galán, del Dúo Pimpinella .
Schteingart publicó una serie de datos actuales de la ANSES, que derriban el discruso estigmatizante que ayer repitió Galán, pero que antes lo habían dicho otros: “el 51% de las beneficiarias tiene solo un hijo, 28,1% tiene dos hijos, por lo que casi el 80 % de las madres tiene entre 1 o 2 hijos. En tanto, solo el 13,1 tiene 3 hijos; el 5,2 tiene 4 y el 2,4 % tiene 5 niños. Estas estadísticas son claras a la hora de determinar que la mayor parte de las beneficiarias no se embarazan para tener un plan”.
Además, Schteingart también explicó que cuando se creó la AUH había 1,9 hijos perceptores por madre beneficiaria y en la actualidad hay 1,8, lo que significa que como política pública la Asignación Universal por Hijo no incentivó los nacimientos.
Ahora fue Galán quien descalificó a la AUH, y ayer Durán Barba, el cerebro comunicacional del Presidente Macri, quien preocupado porque CFK lidera todas las encuestas, publicó que el voto duro de la ex presidenta estaba entre los “trabajadores informales, los falsificadores de marcas y el narcomenudeo” , un disparate que debería haber sido repudiado por su principal cliente, que nada dijo al respecto.