Bolsonaro recargado

Fiel a su estilo excéntrico y ultraderechista, el presidente brasilero reaccionó inmediatamente luego de que se conociera el paquete de medidas macroeconómicas que implementará el gobierno del Alberto Fernández. Bolsonaro sugirió que esto puede ser un peligro para Brasil porque puede derivar en la llegada masiva de ciudadanos argentinos, tal como sucedió con los venezolanos que provocaron "el aumento de la violencia en las calles", entre otras cosas.

 miércoles, 18-diciembre-2019

Jair Bolsonaro también fue noticia en estos días al ser acusado por la ONU de violar el pacto contra la tortura al desmantelar el organismo destinado a garantizar los DDHH de las personas en cárceles, hospitales psiquiátricos y centros de atención a los adictos


Pese a no haber asistido a la asunción del presidente Alberto Fernández, Jair Bolsonaro no pierde de vista todo lo que acontece a nivel político y económico en Argentina, como así también no deja pasar cualquier oportunidad para demonizar aquellas medidas que se alejen de su posición ultraderechista. Ayer twitteó que la situación de Venezuela – país que limita con Brasil – generó un “aumento de la violencia y de personas que viven en la calle” y repercutió negativamente en la salud y en la educación de los habitantes del Estado de Roraima, desconociendo totalmente los datos que circulan sobre su propio país en donde la policía asesina a una persona cada cinco horas en Río de Janeiro, una de las ciudades más populosas de Brasil.

En ese mismo tweet, Bolsonaro señaló que Argentina, país “que limita con la región Sur de Brasil”, tomó medidas como “la doble indemnización por despido sin causa justa, el incremento del impuesto a la exportación de grano, 30% de impuestos sobre las compras en el extranjero y vuelta al debate por la despenalización del aborto”, dando a entender que estos proyectos podrían impactar en un posible éxodo de argentinos a su tierra- tal como sucedió con los venezolanos- que contaminarían su impoluto país, ese Brasil del “orden y el progreso” del que tanto alardea.

Esta práctica constante del presidente brasilero Jair Bolsonaro de estigmatizar a los gobiernos y personalidades que se alejan de su posición política ultraderechista, xenófoba y misógina, también es trasladada a su propio país. Hace unos días, tomó la decisión de cerrar el canal educativo “TV Escola” aduciendo que tenía bajos niveles de audiencia, difundía ideas de izquierda y promovía la “ideología de género”. Sin disimular su autoritarismo, dijo que las cosas tienen que cambiar en Brasil porque hay mucha gente formada según la filosofía del pedagogo Paulo Freire a quien llamó “ese energúmeno e ídolo de la izquierda”. La viuda del reconocido educador, Ana María Freire, expresó que Bolsonaro es un “ser nefasto” y que tiene envidia de Paulo porque “no puede ser como él”.