“Buscan construir un Nosotros punitivo ante el fracaso de todo lo demás”

Gustavo Palmieri es abogado, integrante del Comité Nacional contra la Prevención de la Tortura y analiza la estrategia del gobierno nacional de arrancar el 2019 con el eje puesto en la Seguridad, con la ministra Bullrich en el centro de la escena: “Como nada de lo otro ha sido exitoso, se recuesta sobre un rasgo que es identitario del macrismo, aunque lo del caso Chocobar fue muy fuerte, un quiebre de la democracia argentina”.

 viernes, 11-enero-2019


Por Camilo Ratti

En tres años de gobierno, el macrismo no tiene una sola medida exitosa para mostrar. La economía está en recesión, la inflación y el endeudamiento son récord, crece el desempleo, los salarios se devalúan al ritmo del peso, la pobreza no deja de aumentar, la situación social está al límite y la grieta que venía a cerrar hoy es un abismo.

Para un gobierno que ha hecho de los focus groups (grupos de opinión) una política de Estado, el tema de la Seguridad parece rendir en términos políticos. Y cuando no alcanza el mango y la sociedad se moviliza contra tarifazos impagables, volver a un viejo tópico del macrismo al menos distrae a una ciudadanía que se las rebusca para pasar un verano austero como hacía mucho.

Sin nada para repartir más que miseria, con Bolsonaro como telón de fondo, el gobierno terminó el 2018 avalando que las fuerzas de seguridad puedan disparar a matar sin previo aviso, y arrancó el 2019 con el proyecto de bajar la edad de imputabilidad a los menores de 18 años y arremetiendo contra los inmigrantes, el cuco histórico de la derecha universal, siempre funcional para apretar el cinturón fronteras adentro.

Si es una estrategia distractiva o un ensayo para fidelizar a su electorado en un año electoral, habrá que esperar a ver cuánto hilo queda en el carretel. Por lo pronto, vale la pena analizar esta nueva avanzada represiva con quienes se especializan en la materia. Gustavo Palmieri es uno de ellos. Abogado, Director del Instituto de Justicia y Derechos de la Universidad Nacional de Lanús y miembro del Comité Nacional para la Prevención de la Tortura, recuerda para este portal que “el macrismo no armó su política electoral a partir de la seguridad. Puso en la agenda lo institucional, lo económico, lo social, pero nada de eso ha sido exitoso en los tres años de gestión, prácticamente ninguna de las promesas del 2015 funcionaron”.

Con el foco en los últimos movimientos del gobierno, entiende que “es probable que busque construir un eje alrededor de la seguridad y que el debate sea ése, porque le permite construir un Nosotros a partir de una identidad, que a la vez funcione como alternativa al debate económico, por lo menos de manera parcial”.

Sin embargo, aunque la política represiva es un rasgo distintivo del macrismo, Palmieri destaca que el apoyo del Presidente al policía Chocobar, procesado por asesinar a un delincuente sin estar en riesgo su vida, “fue un gesto político muy fuerte, un hecho muy llamativo, te diría que un quiebre en la democracia argentina. Después hubo normativas que acompañaron ese gesto de la principal investidura política”.

El ADN neoliberal

Es de manual que cuando hay una crisis social y económica, la respuesta de los gobiernos neoliberales sea punitiva. “El gobierno parece querer armar un Nosotros y un Ellos, y en este espacio están los jóvenes pobres, los migrantes o los delincuentes en general. Es un discurso que unifica, pero que también separa, segrega”.

Para Palmieri es muy raro encontrar gobiernos excluyentes en materia económica que pongan en marcha políticas de seguridad democráticas, progresistas: “Lo común es lo que hace este gobierno, que está claramente identificado con el neoliberalismo. Incluso cuando esas políticas duras le ha costado enfrentamientos con otros actores de la coalición, como Carrió o algunos sectores del radicalismo”.

De todas maneras, el especialista marca una diferencia con el fenómeno Bolsonaro. “Lo de Brasil es un discurso más militarista, nacionalista, más parecido a lo que proponían Rico, Patti, o Bussi en Tucumán, independientemente de que algunas políticas de seguridad sean parecidas a las que propone el Ejecutivo. Me refiero al decreto de Macri para que los militares puedan intervenir en seguridad interior, algo que está prohibido por la ley, o que se busquen retrasar o demorar los juicios por delitos de lesa humanidad”.

Sudamérica a la derecha

La situación regional es adversa a políticas de seguridad progresistas. “Salvo casos muy puntuales, como puede ser Bolivia, Uruguay o Venezuela, que está atravesando un momento interno muy difícil, la militarización crece en Chile, en Colombia y en Brasil. El contexto regional no acompaña modelos de seguridad democráticos y Argentina se suma a un ambiente de época”, explica Palmieri.

En este sentido, sostiene que “puede ser que el gobierno esté buscando fidelizar a su electorado en un año definitorio para sus aspiraciones políticas, o que esté probando que el eje de la seguridad le resulte exitoso”.

De todas formas, por más estrategia comunicativa de Durán Barba de convertir a Macri en el Capitán Tormenta y reducir la política a una cuestión meteorológica, la calle y las encuestas muestran desilusión, desencanto e incertidumbre ante el futuro más próximo. En un año electoral, con una crisis que se profundiza día a día, no hay seguridad más decisiva que la seguridad alimentaria.