Cada vez más desiguales

Un informe del Centro Periferia muestra que la brecha entre ricos y pobres creció 23 por ciento en dos años, provocada por la destrucción de empleo y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y las Asignaciones. Los más afectados son los sectores de menos ingresos y los trabajadores precarizados.

 martes, 18-julio-2017


La distribución del ingreso es la peor en los últimos cinco años según el informe del Centro Periferia, que estimó que entre los primeros trimestres de 2015 y 2017 la brecha entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre se amplió un 23 por ciento. Las conclusiones del mismo son lapidarios: la reducción en la porción de la torta que se apropian los sectores de menores recursos refleja el impacto de la destrucción de empleo industrial, la retracción en la capacidad de compra de los salarios, la pérdida en el poder adquisitivo de las jubilaciones y la asignación universal, las transformaciones en los modos de intervención estatal durante los conflictos y el incipiente proceso de flexibilización laboral en algunos sectores.

“Las dificultades para negociar aumentos de salario por encima de la inflación y la escasa creación de empleo registrado presionan a que la distribución del ingreso se deteriore”, advierten los economistas Juan Goldman y Federico Pastrana. Datos muy similares al último informe del Indec publicado a finales de junio, que mostró que la brecha entre el ingreso familiar promedio del diez por ciento de los hogares más pobres y el diez por ciento más rico llegó a 21,8 veces en el primer trimestre de 2017.

“La aceleración de la inflación fue un factor que impulsó al empeoramiento de la distribución del ingreso dentro de los ocupados. En los estratos más bajos existe una proporción importante de asalariados no registrados y trabajadores independientes no profesionales que tienen grandes dificultades para protegerse frente a los aumentos de precios, por ejemplo, por la inexistencia de negociaciones colectivas que lleven a reclamos de una compensación salarial”, explican los investigadores del Centro Periferia.

“La mayor inflación impactó en los ingresos no laborales de los hogares como las jubilaciones, las pensiones y la AUH. En el primer trimestre de 2017 el poder adquisitivo de la AUH y las jubilaciones cayó 3,4 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado”.

Juan Goldman y Federico Pastrana, investigadores del Centro Periferia

El último informe del Indec había mostrado que entre el decil más pobre de los asalariados, el 87 por ciento son trabajadores precarizados mientras que entre el segmento más rico el dato llega al 6 por ciento. “Dentro de los asalariados más pobres, la gran mayoría son no registrados mientras que en los más ricos son prácticamente todos registrados, lo cual explica la brecha de ingresos entre ambos grupos: el salario promedio de los no registrados de 6900 pesos es menos de la mitad del de los registrados de 15.500 pesos”, advierten Goldman y Pastrana.