Cae el empleo y sube la flexibilización
"Se intenta aprovechar a favor de la flexibilidad la caída del empleo real, caída que se viene produciendo desde 2015", advirtió el abogado Eugenio Biafore y recordó que hay "doce millones de trabajadores con problemas de empleo".
jueves, 31-enero-2019

Dante Sica inició en el sector textil por ahora sin éxito, su derrotero flexibilizador.
El abogado laboralista Eugenio Biafore relacionó la caída del empleo formal (con pico de 172 mil puestos de trabajo perdidos en la interanual noviembre 17/noviembre 18, según informó ayer la Secretaría de Trabajo de la Nación) con la arremetida flexibilizadora del gobierno nacional que esta semana tuvo una avanzada frustrada en el gremio textil.
Mientras cae el empleo formal, protegido y regulado por la Ley de Contrato de Trabajo y por convenios colectivos, crece el trabajo flexibilizado, el típico empleo en negro y el “monotributismo” de “emprededores” a los que la expulsión del mercado de trabajo obligó a “emprender”, o que encubre muchas veces una relación laboral no reconocida.
“Se intenta aprovechar a favor de la flexibilidad la caída del empleo real, caída que se viene produciendo desde 2015”, advirtió el especialista al portal Al Revés.
“Hay 12 millones de trabajadores con problema de empleo, la mitad subocupado y la mitad que directamente no tiene empleo. Y esto perversamente es utilizado por el Gobierno para incorporar una flexibilizacion como la de los ’90”, agregó Biafore.
El abogado resaltó que la reforma laboral que el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, intenta meter por la ventana del sector textil a pedido del FMI es similar a la que buscó imponer el ex presidente Carlos Menem y sus ministros de Economía, Domingo Cavallo y de Trabajo, Armando Caro Figueroa, en 1995.
El proyecto de Sica contempla el concepto de “disponibilidad colectiva” para negociar a la baja los derechos laborales protegidos por la Ley de Contrato de Trabajo. Aunque el ministro se encontró con la oposición del gremio (y hasta de los empresarios), el contexto de desocupación y caída del empleo real es propicio para la reforma.
Entre otras claudicaciones, el gobierno quiere habilitar el pago en cuotas del aguinaldo, una reducción de las indemnizaciones vigentes, la flexibilización de las vacaciones y del pago de horas extras, a través de la creación de un “banco de horas” por empleado. Es decir, perforar a la baja la LCT, lo que podría hacerse si se abre la instanicia de “disponibilidad colectiva”. En los 90 la ley no se aplicó y quedó en desuso, aun con indicadores de desempleo más altos que los actuales.