Con destino incierto
La pandemia ubicó al transporte público de pasajeros como uno de los vectores más importantes de transmisión del Covid-19. Sin embargo, pese a los subsidios del Estado Nacional, tanto los empresarios como el gobierno provincial y municipal de Córdoba, no han mostrado predisposición para el regreso total del servicio, frenando negociaciones y adeudando haberes a los trabajadores. Desde ayer rige un paro nacional en el interior del país de los choferes de UTA - que en Córdoba mantienen diferencias con la conducción gremial- mientras que el transporte interurbano de nuestra provincia está paralizado completamente desde hace más de 100 días.
jueves, 2-julio-2020

La pandemia y la poca voluntad empresarial y gubernamental para garantizar el servicio de transporte público de pasajeros derivó en un paro de UTA a nivel nacional. En Córdoba se agregan más de 100 días sin transporte interurbano.
Según un informe realizado por el Grupo de Investigación en Políticas de Transporte y Movilidad (GIPTM) del IIFAP de la UNC , el potencial impacto de la pandemia sobre el transporte público podría ser similar al efecto que tuvo la crisis del 2001 en el sector, en el que hubo 38 millones de pasajeros menos que se movilizaron en colectivo en la ciudad de Córdoba. Sin embargo, el escenario actual agrega que el transporte público es considerado uno de los principales vectores de transmisión del Covid-19, por lo que – a pesar de ser un servicio esencial – ha visto reducida su actividad a partir de decisiones gubernamentales en el marco de la cuarentena.
En este difícil contexto, ayer la conducción de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) a nivel nacional decretó un paro por tiempo indeterminado en todo el país en reclamo por haberes adeudados y el no pago de los aguinaldos a los choferes, denunciando un trato discrecional e injusto con relación al AMBA. En Córdoba, el paro comenzó por un grupo de alrededor de 200 trabajadores autoconvocados – más tarde adhirió el gremio – en protesta por la mala liquidación de los salarios de abril y mayo – los recibos de sueldo dicen que se deposita un monto y en realidad reciben menos dinero -, el no pago de un adelanto de fines de junio y el vencimiento del medio aguinaldo. Además, los empleados manifestaron que no se están pagando las obras sociales. A su vez, los trabajadores del transporte urbano de Córdoba mostraron diferencias con Carla Esteban, la titular del sindicato local, a quien acusan de estar “ausente” y no tener una comunicación directa. “No estamos en contra del gremio, sino que se está haciendo mal las cosas”, contó Ezequiel, un chofer, a Nada del Otro Mundo. “No da para más”, se quejó.
Por otro lado, las circunstancias que atraviesa el transporte interurbano de pasajeros también son muy complicadas. Desde hace más de 100 días el servicio se encuentra totalmente paralizado. Ezequiel Gramajo, secretario gremial de AOITA, apuntó directamente a un acuerdo entre empresarios y gobierno para que “no haya servicio”. Si bien aclaró que entiende que los colectivos representan “una incubadora” para el Covid-19, remarcó que “la especulación por parte de los empresarios es vergonzosa” y recordó que es un sistema subsidiado. “Se olvidaron de los empleados. Esto no le importa a nadie”, comentó hace algunas semanas a Radio Continental.
En medio de negociaciones frenadas y poca voluntad empresarial de hacerle frente a la crisis, son alrededor de 7 mil familias – entre transporte urbano e interurbano – que ven afectadas su economía por la falta de pagos de salarios. En el caso de UTA, significa una reducción mensual de 25 a 30 mil pesos por cada trabajador, de acuerdo a lo que indicó Pablo Farías, secretario adjunto de UTA, a Cadena 3.