Con la música a otra parte

Frente a los 55.000 muertos y los 1,2 millones de infectados por coronavirus, Jair Bolsonaro decidió profundizar su cinismo y compensar con música la irresponsabilidad con la que manejó la “gripecita”. Contrató al acordeonista Gilson Machado Neto para que interprete el Ave María y así rendirles un homenaje a las víctimas de la pandemia. El músico es funcionario del gobierno de Brasil.

 viernes, 26-junio-2020

El presidente Jair Bolsonaro manifestó su preocupación por las 55 mil víctimas fatales de coronavirus con un "homenaje musical", a pesar de haberse negado a aplicar en su país políticas sanitarias para prevenir las muertes y los contagios de la pandemia.


Con un nivel de cinismo inconmensurable, Jair Bolsonaro intentó mostrar un ápice de sensibilidad a través de un homenaje musical a las 55 mil víctimas fatales de la pandemia que tiene Brasil, enfermedad que el mandatario minimizó y negó desde un inicio y calificó como una “gripecita”. Ayer, durante su transmisión semanal de Facebook, contrató al acordeonista Gilson Machado Neto para que interpretara el Ave María y así compensar con la canción religiosa su falta de humanidad para con el prójimo. Acompañado del ministro de Economía, Paulo Guedes – que se mostró inmutable durante toda la ejecución instrumental – y de una intérprete de lengua de señas que dio lo mejor de sí, el mandatario ultraderechista sólo atinó a decir que era un homenaje a “los que se fueron” por el coronavirus.



El detalle es que Gilson Machado Neto es el presidente de Embratur, la agencia estatal federal del Ministerio de Turismo de Brasil. El funcionario de gobierno, devenido en músico de manera circunstancial, fue quien defendió y avaló la propuesta realizada por el diputado Vermelho para conseguir la legalización de los casinos en el territorio nacional como una forma de “fortalecer el turismo en todo el país” en plena pandemia. La iniciativa también contó – casualmente – con el apoyo del ministro de Economía Guedes.

Esta preocupación económica contrasta con los 1,2 millones de infectados y la terrible crisis sanitaria que atraviesa el país como resultado de la ineficiencia e impericia del presidente Jair Bolsonaro. Si bien ayer adelantó que la ayuda económica para los sectores más vulnerables – 1200 reales repartidos en tres partes – se extenderá dos meses más, el Tribunal de Cuentas advirtió sobre la existencia de serias irregularidades en las entregas: alrededor de 8 millones de personas habrían recibido la asistencia sin pertenecer a los grupos más necesitados. El vecino país no sólo llora a las víctimas fatales, sino que padece la informalidad laboral que alcanza al 40,6% de la población y un desempleo récord que dejó a 4,9 millones de personas sin su fuente de trabajo en lo que va de la pandemia.