Con salario, aguinaldo y vacaciones, pero pobres
El 43,3% del 33,6% de pobres del último informe de la UCA son asalariados con lo que la OIT llama "trabajo digno". El registro de trabajadores formales pobres creció más de 7 puntos, síntoma de la brutal caída del salario real. Lo que ganan, no les permite acceder a la canasta básica total. Entre los informales la situación es mucho peor.
viernes, 14-diciembre-2018

El sector automotriz es uno de los más golpeados y sus trabajadores ya no son los "mimados" de la industria.
El fenómeno es de los últimos dos años, pero se ha profundizado en los últimos meses con la brutal caída del poder adquisitivo del salario. Se trata del aumento de trabajadores registrados que aun en condiciones de “trabajo digno” están bajo la línea de la pobreza por ingresos.
El informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) indicó que del total de pobres (33,6% de los argentinos), el 43,3% integra la llamada “clase trabajadora integrada”. El registro sube muchísimo si se habla de trabajadores informales: el 61,6% de ellos es pobre, lo que se explica por sus ingresos fuera de paritarias, sin aguinaldo, sin beneficios sociales y sin regularidad de cobro.
Entre los trabajadores formales, supuestamente a salvo, la pobreza creció 7,2 puntos porcentuales respecto a la medición anterior. Ahora son 4,5 millones los trabajadores inscriptos y con salario, obra social, aguinaldo, vacaciones pagas y jubilación que igual no zafan de ser pobres desde el punto de vista del ingreso. Concretamente, lo que ganan no cubre la canasta básica total, que determina la línea de pobreza, que en noviembre quedó en 24.241 pesos.
El informe de UCA señaló que la situación se observa con niveles diferenciados “para todos los grupos sociales”, aunque se destaca “la amplia incidencia registrada en el estrato de trabajadores marginales, pero también en los hogares de clase obrera integrada”. Geográficamente, es en los hogares del conurbano bonaerense, “donde la tendencia al deterioro de los hogares de clase obrera integrada resultó más marcada”, afirmó la UCA.
En octubre, según datos oficiales, los salarios formales cayeron 17,6 puntos con respecto a doce meses atrás. Ese abaratamiento no implicó mayor contratación de personal. Cayó el salario y también los puestos de trabajo en el sector industrial, que habitualmente tiene los mejores sueldos, sobre todo en determinados rubros como el automotriz. Se calcula que en el sector manufacturero hay 107.900 asalariados menos que en 2015. En la próxima medición, el índice de desempleo podría superar los dos dígitos.
Contracción del empleo
En un aporte realizado desde su cuenta de Twitter, el economista Federico Moll, de Ecolatina, sostuvo que “el mercado laboral está pasando el peor momento en mucho tiempo” y que “la contracción del salario es tan grande que sorprende que el empleo haya comenzado a caer recién en septiembre”.
“A la destrucción de empleo asalariado privado se le suma el público que cae por primera vez en desde, por lo menos, 2013. Los cuentapropistas, como siempre, son los que más sufren la volatilidad”, acotó. Moll recordó que “en la recesión kirchnerista” el salari privado cayó más que el público. Y en la macrista, “sucede lo contrario”. “De todas maneras estamos hablando de la caída del salario real más fuerte desde 2002 (y no tocó piso)”, alertó el doctor en Economía.
“La caída del salario real es lógica dada la evolución del tipo de cambio real. Normalmente, cuando el tipo de cambio real se deprecia el salario baja y viceversa”, opinó. En cuanto a su pronóstico para 2019 en relación al salario, es malo. “Mi mejor hipótesis es que la desinflación sería más lenta de lo esperado” el año próximo.