Pablo Ramos

Corderos en boca del lobo

Córdoba retrocede un casillero
por ansiosa, por incauta
por desgobernada, por mercantilista
por idiota.
Los empresarios
no querìan dejar de ganar
los financistas
no querían dejar de cobrar.
Los obreros
no podìan comer
los gobernantes,
no sabìan como ajustar.
Los medios
no sabìan como auspiciarse
entonces salgamos a las calles.
¿El lobo está o no está?
a quièn le importa
si todos somos corderos
asì que juguemos en la selva de cemento
y el lobizón salió de compras
y se comió a varios.
Y el intendente llamó a sus empleados
pero se acordó que los habìa despedido
llamó al gobernador
pero Juan que sabía
que nos cuidaba, que nos queria
no atendió.
Entonces llamaron a los científicos
que siempre tan serios
dijeron; basta de jugar.
Ohhhh, si apenas jugamos un ratito
dijeron los empresarios juntando las fichas del tablero
se volvieron a sus regias casas
pero dejaron unos peones heridos
restos de sangre en las góndolas
pequeñas bombas a punto de explotar.