Cuenta regresiva
Sin salirse del libreto que guió una campaña con gusto a poco, a la que le faltó pimienta y discusión política entre los candidatos, todas las fuerzas que competirán en las PASO el domingo cerraron sus campañas este jueves, antes de la veda electoral del viernes 8AM. Con mucha cautela por parte de encuestadores, los argentinos volveremos a votar, y eso es siempre una buena noticia.
viernes, 11-agosto-2017

Este domingo los argentinos elegiremos a los candidatos que competirán en octubre.
El final de la campaña previa a las elecciones de las PASO del domingo no fue distinto al desarrollo de la misma: sin discusión política, predominancia del marketing y frases vacías entre los principales contendientes, y protagonismo de los referentes de cada fuerza más que de los candidatos en sí. Salvo en Buenos Aires, donde CFK y Massa sí se pusieron al frente ampaña –más el tigrense que la ex presidenta-, el errático –y varias veces condenable- caminar de Esteban Bullrich obligó a la gobernadora Vidal y al presidente Macri a poner el cuerpo más de lo que hubieran deseado, inclusive para elevar el nivel de conocimiento de un jugador sin peso propio en la provincia más grande del país, acostumbrado a otros menesteres que al de andar chamuyando por el conurbano bonaerense.
Aunque no es novedad la capacidad discursiva de Cristina, el dato de su alocución fue la frase que cerró su discurso, que confirma la inteligencia que la devolvió al terreno de juego: “Responsabilidad hemos tenido siempre. Aunque debo reconocer que algunas veces no hemos sido tan humildes como debiéramos haber sido”, sorprendió quien tiene altas posibilidades de alcanzar el primer premio el domingo.
El líder del Frente Renovador insistió con la “tercera vía”, buscando evitar la polarización entre macrismo y kirchnerismo: “Somos la esperanza de que el domingo empiece a terminar el ajuste y la corrupción. Este domingo, ni Macri ni Cristina: Argentina”, gritó Sergio.
Córdoba sin chispa ni gracia
Algo similar ocurrió en el segundo distrito electoral del país entre UPC y Cambiemos –las dos fuerzas que pelean la medalla dorada- donde la pálida –por no decir pobrísima- participación de Martín Llaryora en el debate, hizo que el gobernador Schiaretti se cargara al hombro una campaña mal diseñada y peor desarrollada, en la que “Juan” tuvo que disfrazarse de villano y pegarle en los tobillos al “amigo presidente”, a quien se cansó de elogiar durante el año y medio previo. Quedó claro, le guste a quien le guste, que una cosa era UPC con De la Sota cabeza de lista, y otra con el ex intendente de San Francisco.
De todas maneras, en Studio Theater, con el “Gallego” sentado como escenografía, Schiaretti y Llaryora se volvieron a cabalgar con el “federalismo” y sacaron brillo al clásico orgullo mediterráneo: “los cordobeses no nos rendimos ante nadie”, mucho menos ante los “que nacieron en barrio Norte, que le cortan los subsidios a los discapacitados y nos quitan los recursos que son nuestros para financiar a los que más tienen”. “Vos sos presidente gracias a Córdoba, y no le podes pagar a los cordobeses diciendo en La Voz del Interior que nos quiten 7000 millones de pesos para llevarlo a Buenos Aires”, vociferó el Gringo para el aplauso de la platea, y calentar la tribuna para que De la Sota tuviera el clima merecido. Con el olfato de mil batallas en su haber, el ex gobernador se anticipó a sondeos no muy prometedores de su candidato y tiró la pelota afuera de la cancha: “La final viene en octubre”, dijo el viejo zorro del peronismo.
La misma función protagónica le cupo a Macri en Córdoba, la meca elegida para cerrar la campaña, pero que visitó varias veces para fidelizar su “identidad cordobesa”. Y si bien “la Coneja” Baldassi arrancó la pelea con muy buenos números –los mismos que le permitieron cerrar la discusión con los radicales en la conformación de lista-, lo suyo parecer ser el perfil bajo, que le rinde mucho más que cuando tiene que salir a pelear en la arena discursiva. “Qué lindo volver a casa. Aquí nació el ‘sí se puede’ con todos los cordobeses juntos”, dijo el presidente al comienzo de su discurso en la Plaza de la Música, para cerrar con el optimismo ciento por ciento PRO: “Estoy más convencido que nunca de que por este camino vamos a estar mucho mejor, las cosas que valen la pena no se consiguen de un día para otro”.
Pablo Carro, docente y referente de la CTA en Córdoba, a quien muy pocos conocían cuando sonó el silbato de largada, cerró su debut en la política grande con un acto austero y sencillo en pleno centro de Córdoba, pero con la satisfacción de haber logrado instalar que es el candidato de Cristina: “Nosotros vamos a ser la tercera fuerza en Córdoba, y vamos a ir al Congreso a defender a los trabajadores y los derechos conquistados. El problema de los cordobeses no es el federalismo ni la corrupción sino poder pagar las boletas de gas, luz, tener trabajo y poder comprar los medicamentos”. Sintonía fina con “la jefa”.
Fiel a su estilo y trayectoria, el Frente de Izquierda cerró su campaña con una caminata por la peatonal, en la que denunció un ajuste todavía más brutal del que ya estamos transitando, pero para después de octubre si gana Macri: “Queremos esta banca para ir a dar batalla a esa cueva de bandidos donde hablan de inhabilitación, para apoyar a los trabajadores y a los sectores populares”, señaló Liliana Olivero, acompañada de Javier Musso y Jorge Navarro, los principales candidatos del Frente.
Con todas las fichas echadas, el domingo habrá PASO, lo que muchos califican como la “gran encuesta nacional” por la falta de competencia dentro de los partidos. No importa: a pesar de que la campaña no tuvo volumen político, ni discusiones en serio, los argentinos volveremos a votar, una sana costumbre que nunca debemos olvidar.