De la Armada, sin corazón
Erik Prince se autodefine como un “hombre de negocios”. Ex oficial de la Armada de los EEUU y fundador de una de las empresas de seguridad privada más importantes del mundo, ahora lucra con la desesperación del pueblo afgano: ofrece vuelos a más de 6 mil dólares para huir del país.
jueves, 26-agosto-2021

Erik Prince es un "hombre de negocios" que lucra con la muerte.
En la guerra – dicen – todo vale. Y así lo entendió Erik Prince: un empresario norteamericano, católico, libertario y dueño de una fortuna que alcanza los 2 mil millones de dólares. Fue pasante en la Casa Blanca durante la administración de George Bush padre; oficial de la Armada de los Estados Unidos e integrante la fuerza de élite SEAL de la Marina; y fundador de una de las empresas de seguridad más importante del mundo: Blackwater Worldwide.
Durante los primeros años de la llamada “Guerra contra el Terror” de la administración Bush, Blackwater se convirtió en uno de los contratistas militares privados más rentables en los Estados Unidos.
Acostumbrado a lucrar con los conflictos bélicos con su ex compañía – logró contratos millonarios con el Departamento de Estado de los EEUU y con la CIA – ahora vio el negocio en la desesperación del pueblo afgano: cual ave de rapiña, vende boletos de avión a más de 6 mil dólares a quienes quieran huir del país. En el caso de que las personas tengan dificultades para llegar hasta el aeropuerto sanos y salvos, se les cobran “costos adicionales” como una manera de brindar un servicio “humanitario” completo.
Miles de personas afganas se agolpan en las afueras del aeropuerto de Kabul esperando ser evacuadas por EEUU.
“Soy un hombre de negocios. Dirijo una empresa de logística que opera en lugares difíciles. Hemos tenido unos últimos 15 años muy costosos en Occidente entre Irak y Afganistán”, contó durante una charla del año 2017 que tuvo lugar en la Oxford Union. El lamento norteamericano esconde los 17 civiles iraquíes asesinados luego de que sus empleados abrieran fuego en la plaza Nisour de Bagdad en el 2007 y las estrategias que urdió junto a la CIA para conseguir la caída del régimen talibán.
Erik Prince: un empresario mercenario.
Fue denunciado por el Consejo de Seguridad de la ONU porque habría ayudado a evadir el embargo de armas en Libia, proporcionando helicópteros, aviones, drones, e inteligencia. “También incluyó tareas de secuestrar o eliminar a personas, consideradas objetivos de alto valor en Libia”, indicó el documento. Cercano al Partido Republicano, Erik Prince no dudó en desembolsar dinero para colaborar con políticos conservadores y donó 250 mil dólares a la campaña presidencial del ex presidente Donald Trump.