José Rinaldi

 

columnista alreves.net.ar

De nuevo en la ruta perdedora

Dicen que hay un mago que habla con los peces y un mundo en el espacio habitado por un Dios, dicen que vivir mucho es mucho mejor, pero se también que la vida es triste y que los ajustes se hacen sobre los más vulnerables, y que un número superior a la mitad de los votantes creyeron lo de ser “republicano y federal” y que las democracias son buenas y la “isla” es verdadera.

Pero alguien “tocó el timbre” y nos avisó que el tiempo estaba corriendo y el sistema previsional de la provincia se caía de a pedazos del tamaño de 20.800 millones de pesos, las promesas estaban rotas y todo fue una farsa que duró dos décadas para que unos pocos multiplicaran sus riquezas a límites incalculables, más allá de su ambición desmedida. Así son los destinos del neoliberalismo.

Pero como dice el dicho “el que avisa no traiciona”, y la provincia más neoliberal del país avisó, con la ley de modernización del estado, con el convenio de armonización y financiamiento del sistema previsional del año 2002, con la emergencia previsional del año 2008, con la ley 10.078 del 2012 y la 10.333 del 2015. Todas con la obsesión armonizadora de correr la edad jubilatoria, modificar el cálculo del haber inicial, retrazar la movilidad y, en definitiva, poner en marcha la “tijera de Chaplín”.

¡Pero lo del 20 de mayo!…, con todos guardados y desmovilizados, sin tiempo para leer lo que enviaba el Poder Ejecutivo, fue un poco mucho para un republicano. ¡Claro!, con el programa de reparación histórica para jubilaciones y pensiones de cambiemos, con el cual la provincia mantenía “relaciones carnales”, mordiéndole los talones con la amenaza de cortar la “ayuda” nacional que vencía una semana después, la obediencia debía ser “debida”, entonces el ejecutivo arremetió con la ley, mientras tarareaba aquello de “tire para adelante que empujan de atrás”.

Y así, nos quedamos con nuestra tristes vidas de “payasos tristes” escuchando lo que dicen los improbables cálculos del ajuste sobre cómo quedará “tatuado” el daño en los actuales y futuros beneficiarios de jubilaciones y pensiones, al que la ley le llama con el rimbombante título neoliberal de: programa de fortalecimiento de la solidaridad y sustentabilidad del sistema previsional, le faltó el mote de “sinceramiento”. Lo solidario por recortar el 20% del ingreso de los que tienen dos beneficios, lo de fortalecimiento por armonizar neoliberalmente el reparto por vía del recorte, y lo de la sustentabilidad por perpetuar la regresividad del sistema.

El panorama sólo muestra aquello que decía la “máquina de hacer pájaros” de Charly García: “los carteles luminosos brillan, bienvenidos a la ruta perdedora”.