Deja Vu
Sin conocerse los motivos, Domingo Cavallo fue sorprendido ingresando al Banco Central que conduce Federico Sturzenegger, y algunas versiones sostienen que el ex ministro de Menem y De la Rúa opera como asesor de su discípulo. Ambos fueron autores del megacanje que precipitó el estallido económico y social en el 2001.
martes, 26-septiembre-2017

El padre de la crisis del 2001 vuelve para asesorar al presidente del Banco Central.
La foto del ex ministro de economía menemista y aliancista entrando al Banco Central genera escalofríos en buena parte de la sociedad argentina, que no se olvida de los antecedentes del actual inquilino del organismo monetario y su maestro en materia económica, padres del Megacanje que precipitó el estallido económico y social en diciembre del 2001.
Distintas versiones indican que Cavallo opera como asesor y parte del equipo que participa de las decisiones que toma la entidad monetaria, mientras que otros acreditados en el Central sostienen que solo es consultado informalmente en algunas instancias. Cualquiera de las opciones es una mala noticia para las grandes mayorías.
Encima, la visita de Cavallo se produce en medio del revuelo por la entrega a Europa de las reservas de oro que atesora el Central, en un polémico traslado, en el marco de un gobierno que ha hecho de la toma de deuda su principal alimento para mantenerse y funcionar en una economía planchada.
Sigue la timba
En un mensaje al mercado financiero, Sturzenegger reconoció ayer que “no están dadas, para nada, las condiciones para un relajamiento de la política monetaria en los próximos meses”. Lo hizo como respuesta a la importane suba del dólar, que alcanzó su mayor valor desde las elecciones del 13 de agosto.“En este momento el Banco Central está con su posición de política monetaria, yo diría, casi más restrictiva, y no están dadas las condiciones para un relajamiento”.
De su discurso se desprende que mantendrá la tasa de política monetaria en 26,25% anual mientras la inflación no baje, y que continuará ofreciendo rendimientos altos en pesos por las Lebac, donde ahora se fomenta que los inversores opten por los títulos de mayor duración. La fiesta financiera goza de buena salud, aunque la economía real esté agonizando.