Del Papa a Lula: “El bien vencerá al mal y la verdad a la mentira”
Francisco está jugando fuerte en la política latinoamericana: Lula difundió una carta que el Sumo Pontífice le envió el 3 de mayo donde le manifestó, obviamente con el lenguaje institucional eclesiástico, su apoyo. Además, lamentó las pérdidas que sufrió Lula en los últimos años: su esposa, su hermano y su nieto de siete años.
miércoles, 29-mayo-2019

Hoy, el expresidente brasileño dio a conocer en su página oficial una carta que el Papa Francisco le envió el 3 de mayo, donde, siempre en lenguaje papal, lanza frases de fuerte contenido político. Escrito en épocas de Pascua, el Papa asegura que el ejemplo de Jesús llevará a la alegría a aquellos que creen que “al final, el bien vencerá al mal, la verdad vencerá a la mentira y la Salvación vencerá a la condena”. La frase impacta si se tiene en cuenta que se la está enviando a un expresidente popular injustamente condenado por hechos de corrupción no probados.
La misiva papal es una respuesta a una primera carta enviada por Lula. El Papa dice que la evaluación política de Lula sobre el contexto socio-político brasileño le será “de gran utilidad”. “la responsabilidad política constituye un desafío permanente para todos aquellos que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a las personas que habitan en él y de trabajar para crear las condiciones de un futuro digno y justo”, escribió Francisco.
“Al final, el bien vencerá al mal, la verdad vencerá a la mentira y la Salvación vencerá a la condena”.
Papa Francisco, en la carta dirigida a Lula
Por otro lado, el Papa se refirió a las muertes que sufrió Lula en su entorno en los últimos dos años: su esposa Marisa Letícia, su hermano Genival Inácio y, más recientemente, su nieto Arthur de solamente siete años. “Quiero manifestarle mi cercanía espiritual y darle coraje, pidiendo que no se desanime y continúe confiando en Dios”, lo alentó Francisco.
El Papa juega fuerte en los dos países más grandes de América Latina. En Argentina, dos hombres cercanos a él son importantes en la estructura de la fuerza opositora: el dirigente social Juan Grabois se volcó decididamente hacia la política partidaria y milita la fórmula Fernández-Fernández desde el Frente Patria Grande; y el exembajador ante el Vaticano, Eduardo Valdés, es un pivote del armado político, al que la corporación mediático-judicial atacó con fuerza esta semana al difundir escuchas ilegales donde habla con los detenidos Roberto Baratta y Juan Pablo Schiavi.
Y desde las primeras líneas políticas, el Papa también recibe guiños. El precandidato Alberto Fernández, quien reconoció siempre estar a favor del aborto legal, ya lanzado en campaña procuró bajarle el tono a ese debate y dijo que “no hay necesidad de avanzar tan rápidamente”. Si bien la cuestión sí es urgente, Fernández sabe que en la batalla electoral de octubre no alcanzará sólo con los pañuelos verdes y que el apoyo del Papa es de gran peso. Y lo mismo parece reconocer Lula en Brasil.
La carta completa, traducida al español:
Estimado Luiz Inácio:
Recibí su atenciosa carta del pasado 29 de marzo, con la cual, además de agradecer mi contribución para la defensa de los derechos de los más pobres y desfavorecidos de esa noble nación, me confesaba su estado de ánimo y me comunicaba su evaluación sobre el actual contexto socio-político brasileño, lo que me será de gran utilidad.
Como señalé en el mensaje por el 52° Día Mundial de la Paz, celebrado el pasado 1° de enero, la responsabilidad política constituye un desafío permanente para todos aquellos que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a las personas que habitan en él y de trabajar para crear las condiciones de un futuro digno y justo. Tal como mis antecesores, estoy convencido de que la política se puede transformar en una forma eminente de caridad, si es implementada en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas.
En estos días, estamos celebrando la Resurrección del Señor. El triunfo de Jesús Cristo sobre la muerte es la esperanza de la humanidad. Su Pascua, su pasaje de la muerte a la vida, es también nuestra pascua: gracias a Él, podemos pasar de la oscuridad hacia la Luz; de las esclavitudes de este mundo hacia la libertad de la Tierra prometida; del pecado que nos separa de Dios y de los hermanos para la amistad que nos une a Él; de la incredulidad y la desesperación hacia la alegría serena y profunda de quien cree que, al final, el bien vencerá al mal, la verdad vencerá a la mentira y la Salvación vencerá a la condena.
Teniendo presentes las duras pruebas que Usted vivió últimamente, especialmente la pérdida de algunos seres queridos –su esposa Marisa Letícia, su hermano Genival Inácio y, más recientemente, su nieto Arthur de solamente siete años-, quiero manifestarle mi cercanía espiritual y darle coraje, pidiendo que no se desanime y continúe confiando en Dios.
Le aseguro mi oración a fin de que, en este tiempo pascual de júbilo, la Luz de Cristo resucitado lo colme de esperanza, le pido que no deje de rezar por mí.
Que Jesús lo bendiga y la Santa Virgen lo proteja.
Fraternalmente, Francisco.
Vaticano, 3 de mayo de 2019.