Diego infinito
Al costado de su camino, la vida de Maradona conmovió millones de otras vidas. Aquí, algunos fragmentos de su historia registrados por la sensibilidad y la alegría de algunos de los que pasaron más cerca o más lejos por su biografía.
miércoles, 25-noviembre-2020

La vida de Maradona atravesó la de millones y dejó momentos que después de su muerte se volvieron reliquias.
Mientras la leyenda de Diego Maradona comienza su episodio inmortal, las anécdotas en su vida se transforman en testimonios de su leyenda. En medio siglo de su vida pública, el registro temprano de su carrera épica conserva documentos como el de una entrevista precoz a sus hermanitos, mientras el héroe de Villa Fiorito convertía en realidad el sueño del Pelusa. “Nunca pensé en llegar a ser como él, mi hermano es un marciano”, decía Hugo, con pocos años, enamorado del juego de su hermano.
Varias décadas más tarde, Eduardo Galeano le dedicaba un texto conmovedor para describir su juego y todo eso que lo convertía en Maradona cada vez que tocaba la pelota.
Cuando Emir Kusturica rodó su documental biográfico sobre Diego, consiguió una entrevista en la que él mismo cuenta su versión del infierno personal y después, sin intervalos, lo sacó a la calle para que Manu Chao le cante.
En el mismo filme Diego se canta a sí mismo, delante de Claudia y sus hijas.
Entre las muchas vidas que vivió en 60 años, Maradona encontró en Fidel Castro a lo que él mismo definió como “un segundo padre”, y el comandante le devolvió el afecto haciéndole un regalo que Diego no pudo creer.
En otra sorpresa, con otro amigo, Charly García celebró su cumpleaños en televisión y Diego se sumó a la fiesta para cantar juntos.
Poco antes del mundial de Estados Unidos, Fito Páez y Andrés Calamaro visitaron a la selección en el predio de Ezeiza y le cantaron así.
“Hoy nos toca llorar. es más que el fin del sueño de un campeonato mundial”, dijo Alejandro Dolina cuando el dopping le dio positivo. “Yo quería que saliera campeón Diego. Voy a poner las manos en el fuego por diego, porque es sencillo poner las manos en el fuego cuando uno sabe que no se va a quemar. Creo que es mucho más noble y más afectuoso poner las manos en el fuego por un amigo aun sabiendo que uno corre el riesgo de quemarse. Y esta se la debemos a Diego”.
Su participación durante la marcha contra el ALCA, en 2005, potenció el alcance del movimiento, que acompañó en el viaje de El tren del Alba, y que culminó con el reconocimiento de Hugo Chávez en el discurso en Mar del Plata.