Los delitos informáticos crecieron más de un 200% durante el 2021 y más de la mitad de los casos reportados fueron estafas.
Detrás de la vulneración de cuentas y del robo de datos, existe toda una ingeniería social dedicada a generar confianza para sustraer dinero a las víctimas.
Para más seguridad, los especialistas recomiendan implementar la doble autenticación y colocar la mayor cantidad de obstáculos posibles en el acceso al correo electrónico y redes sociales.
La fuerza del engaño
En un mundo globalizado en donde el tráfico de datos es constante, los delitos informáticos han aumentado de manera brutal.
Según información oficial de la Dirección Nacional de Ciberseguridad, durante el 2021 los incidentes informáticos crecieron un 261,50% con relación al año anterior.
De un total de 591 casos registrados, 331 fueron fraudes.
La vulneración de cuentas de email, Whatsapp y redes sociales permite el acceso a todo tipo de información de carácter sensible y factible de ser utilizada para sustraer dinero de manera virtual.
A partir de la agenda de contactos, los nombres de usuarios, las contraseñas y las fotografías se concretan los fraudes.
Consultado por Al Revés, Eduardo Aguirre remarcó que existe toda una ingeniería social detrás las estafas virtuales.
Frente a este tipo de ciber-delitos, recomendó aplicar la doble autenticación o verificación tanto en correos electrónicos, redes sociales y Whatsapp.
De esa manera, se habilita el envío de un código a través de mensaje de texto que permite alcanzar una mayor seguridad.
Colocar la mayor cantidad de obstáculos para el ingreso a las cuentas y no pensar que “a mí nunca me va a pasar”, son otras de las sugerencias.
Por otro lado, Aguirre también consideró importante desconfiar de los mensajes o llamadas que dicen provenir de entidades bancarias.
“En esos casos, lo mejor es decir gracias y comunicarse directamente por los canales oficiales del organismo”
Eduardo Aguirre
No denunciable
A pesar de que la Ley de Protección de Datos Personales contempla el robo de información privada como un delito, a muchas de las víctimas no se les ha tomado la denuncia.
De acuerdo a lo que expresó Eduardo Aguirre, “ni la Policía ni el Ministerio Público Fiscal toman la denuncia si no está consumada la estafa”.
Con respecto a esta situación, el ex subsecretario de Investigación de Delitos Complejos y Organizados de la Nación, Miguel Robles, nos explicó que hay toda una tradición en materia de seguridad que asocia el delito solo al robo en la calle o al asalto.
Por ende, existe menos personal dedicado al ciber-delito.
A su vez, toda la infraestructura está más orientada hacia los incidentes que involucran al sistema bancario y a todo aquello que pueda cuantificarse.
“Quizás prestan un poco más de atención cuando roban datos y además extorsionan”
Miguel Robles, ex subsecretario de Seguridad de la Nación.
En el mismo sentido se refirió Eduardo Aguirre al destacar que la mayoría de las sentencias judiciales por estafas virtuales terminan apuntado a que las entidades financieras devuelvan el dinero, sin considerar el robo de datos que hubo previamente.
Mientras la mayoría de las personas entrega una enorme cantidad de información a las redes sin pensar en la contraparte, bandas de ciberdelincuentes encontraron un nicho ideal para generar confianza, engañar y estafar sin dar la cara.