El ángel rubio en la lista blanca
Uno de los genocidas emblemáticos de la dictadura aparece en un listado de presos que, para el Serivicio Penitenciario Federal, podrían obtener la prisión domiciliaria. Se trata de Alfredo Astiz y su liberación podría darse bajo el argumento de que por su estado de salud no puede estar detenido.
miércoles, 21-marzo-2018

Alfredo Astiz formó parte del grupo de tareas de la ESMA. Es uno de los más siniestros represores de la dictadura.
Entre los 1.436 nombres que aparecen en una lista de internos que el gobierno nacional sugiere que podrían acceder a la prisión domiciliaria, hay varios que generan bronca, enojo o distintas reacciones. Sin embargo, hay uno que genera horror: Alfredo Astiz. El ángel de la muerte aparece en esa lista entre los “internos con enfermedades” y ese sería el argumento oficial para recomendar su salida de prisión.
Astiz, uno de los personajes más siniestros de la dictadura, tiene cáncer de próstata. Es uno de los 16 de la lista con enfermedades oncológicas (seis de ellos represores detenidos por delitos de lesa humanidad). Según dice el documento que contiene la lista de nombres, la recomendación de salida se da “cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no correspondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario”.
Sobre Astiz pesan dos condenas a prisión perpetua impuestas por el TOF5, las cuales cumple -hasta ahora- en la Unidad 31 de la Cárcel de Ezeiza. Nunca se plegó a los pedidos de domiciliarias o salidas por problemas de salud. El ángel de la muerte tiene 67 años y desde el SPF dijeron que “la atención está garantizada pero puede no ser la adecuada para su tratamiento”.
El genocida fue responsable del secuestro y homicidio de Dagmar Hagelin, una joven sueca; de Alice Domon y Léonie Duquet, dos monjas francesas; las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce; y del periodista y escritor Rodolfo Walsh. Varios de esos crímenes se derivan de su infiltración en Madres de Plaza de Mayo, simulando ser hijo de un desaparecido.