Darío Gomez Pucheta

 

columnista alreves.net.ar

El cuento de la tormenta perfecta (o la Buena Pipa)

 

El 1º de Marzo de 2012 el Intendente Javier Ramón Mestre inicio su discurso inaugural del periodo ordinario de sesiones en del Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba describiendo a la situación de la Municipalidad como “una tormenta perfecta”.

El uso de la metáfora si bien es un dispositivo recurrente en los discursos neoliberales con la finalidad de referenciar a las autogeneradas crisis económicas con catástrofes climáticas o ambientales, en esta oportunidad contaba con la referencia cercana de la tormenta del 30 de Enero de 2012 que dejaría a dos muertos y más de trescientos evacuados en la ciudad.

En esa mismo verano, el gobierno municipal mantuvo un fuerte enfrentamiento con el SURRBAC, por suspensiones de trabajadores y el no pago de seguros, entre otros puntos; desencadenando una crisis en la recolección de residuos (que luego de fuertes disputas) culminaría con la concesión del servicio que prestaba la empresa municipal CRESE a dos privadas: LUSA y COTRECO.

Por esta ciudad la tormenta perfecta produjo caos primero, para luego ser “ordenado por el radicalismo gobernante”. Tal cual lo describe Noam Chomsky en su difundido decálogo de manipulación mediática: se generó la crisis, para luego ofrecer las soluciones.

Macri en la conferencia de prensa del 18 de Julio pasado, recurrió a la misma metáfora para representar la situación que se estaría atravesando por el rumbo económico elegido, y fuera ratificado.

La utilización de la metáfora por los dos referentes de Cambiemos, cuenta con al apoyo de los principales medios de comunicación de sus distritos de gobierno, se caracteriza por evitar tomar definiciones en sus exposiciones y usan tonos serenos que no exteriorizan preocupación por los problemas sociales y económicos; mientras reducen como únicos destinatarios de las políticas públicas a los sectores económicos- financieros, para que tal vez “los mercados” se dignen a generar empleos “de calidad”.

La baja exposición de Mestre y de Macri ante las preguntas de periodistas en instancias no pautadas, la distancia materializada con vallas y fuerte custodia en actos públicos, la negación en definir con claridad los objetivos y sus medios para alcanzarlos se sustituyen con los símbolos “Ordenar”, “Capital Social”, “decir la verdad” o “el futuro que deseamos”, en una constante y recurrente respuesta a los ciudadanos que “debemos acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre” (como definió el ex-Ministro Esteban Bullrich).

¿Cuál fue el orden?, ¿para todxs el orden es igual?, ¿qué es el capital social?, ¿cuál es la verdad?, ¿existe una única verdad?, ¿cuál es el futuro qué deseamos? Las estrategias comunicacionales de Cambiemos responden a la misma lógica que el “Cuento de la buena Pipa”, nunca supimos como era el cuento.

Ahora preguntamos ¿cuándo pasa la tormenta?, y siempre responden “hay que pasar por esto para ordenar, para tener el futuro que deseamos, para encontrar la verdad, la luz al final del túnel o llegar al segunda semestre (que aun no llegó).”

Mientras preguntamos ¿cuándo pasa la tormenta? Y tratamos de entender lo inentendible de las respuestas, unos pocos “en medio del temporal” se quedan con gran parte de nuestra historia, presente y futuro; cuando en realidad el cuento se trata de que nos dejen vivir hoy y nos permitan imaginar un porvenir con dignidad.