“El FMI no es el cuco”

El presidente Mauricio Macri aseguró que el Fondo Monetario Internacional “nos quiere ayudar”. Dijo que “es una institución a la que uno acude voluntariamente” a la que le “tenemos que agradecer”. En la memoria colectiva argentina, el FMI es una película de terror.

 viernes, 20-julio-2018

Macri ante un foro amistoso: la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Su titular, Adelmo Gabbi, lo elogió a cada minuto.


El presidente se presentó en el evento por el 164° Aniversario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Aprovechando el terreno amigo, hizo una defensa sin dobleces del Fondo Monetario Internacional. Según Macri, “el Fondo no es el cuco” y no sólo eso sino que además “nos quiere ayudar a hacer algo bueno”.

“Nos quieren vender como que es el cuco, que es malo el Fondo. Es una institución a la que uno acude voluntariamente”, argumentó el presidente, en referencia al préstamo stand by de 50 mil millones de dólares que tomó el gobierno con el organismo multilateral de crédito. Además, pidió “no enojarse” con el FMI: “¿Cómo va a ser malo lograr tener un equilibrio que nos permita no estar dependiendo de los buenos vientos del mundo? Esto que hemos logrado es un paso”.

Con el titular de la Bolsa de Comercio llenándolo de elogios y sonrisas –salvo un ‘palito’ al comienzo por su faltazo del año pasado-, Macri volvió a apelar a la pesada herencia, a la que en este caso convirtió en la ‘peluda’ herencia: “Las tarifas fueron un peludo que nos dejaron, pero había que normalizarlas”.

El FMI: un ‘cuco bueno’ de larga data

Nuestro país ingresó al Fondo Monetario Internacional el 19 de abril de 1956, bajo el gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu. Raúl Presbich, asesor de aquel gobierno, dijo en ese momento: “Hay dos serias confusiones en cuanto al empréstito exterior. Primero, que no hace falta; y segundo, que compromete la soberanía nacional. El capital privado extranjero podrá estimular poderosamente el desarrollo económico argentino”. Si no es la misma melodía de hoy, al menos está en el mismo tono musical. La deuda externa al final de ese gobierno era de 1.051 millones de dólares.

De ahí en adelante, Arturo Frondizi –con Álvaro Alsogaray como ministro de Economía-, la dictadura de Onganía, el gobierno de Isabel Martínez de Perón, la sangrienta dictadura de 1976, el gobierno de Alfonsín, el de Menem, el de De la Rúa y, luego del 2001, el de Duhalde. Todos hicieron acuerdos con el FMI. Todos deterioraron la economía argentina y algunos terminaron en descalabros económicos.

A Alfonsín se lo llevó puesto, entre otras cosas, la hiperinflación y la falta de control sobre la economía. La década menemista se coronó con un par de años de la Alianza –podríamos llamarla la década ‘cavallista’- tuvo un romance muy fuerte con el FMI y terminó en el estallido económico del 2001, con decenas de muertos. Duhalde tenía que sacar a flote un barco hundido, pero no lo logró y la devaluación se devoró los ahorros que previo al 20 de diciembre fatídico quedaran presos del corralito.

Repasar la historia sirve para entender por qué vemos al FMI como un cuco, aunque el presidente quiera convencernos de lo contrario. Más que repasar una historia, parece ser el repaso de un prontuario de delitos de lesa economía.