“El gobierno habla de diálogo pero responde con balas”

El fotógrafo Pablo Piovano recibió 13 impactos de balas de goma producto de un perdigonazo de escopeta policial a corta distancia. "Más que el cuerpo me duele todo lo que está pasando", dijo. Además, fue muy crítico con la cobertura de los medios hegemónicos adictos al gobierno: "No hay nada que se relacione con el periodismo ni con la dignidad".

 sábado, 16-diciembre-2017


Curioso: Pablo Piovano, fotógrafo de dilatada trayectoria, ahora protagonizaba una de las imágenes que dieron vueltas al mundo reflejando la bestialidad de la represión del jueves ordenada por el gobierno y ejecutada por las fuerzas de seguridad. Pablo estaba sentado, casi desplomado, en el piso, su cámara cruzada sobre el torso y una botella de agua. A través de la camisa abierta se pueden ver las heridas de las balas de goma. Son varias. “Me dispararon una sola vez. De un perdigón salen varios impactos y todos me pegaron en el cuerpo porque la distancia era muy corta. Un agente de la Policía simplemente me miró, me vio con mi cámara y me disparó”, contó Piovano.

Sin embargo, pasada la tormenta de balas de goma, gases lacrimógenos, gas pimienta y chorros de pintura que las fuerzas de seguridad descargaron sobre los manifestantes y periodistas, Pablo aseguró: “Más que el cuerpo me duele toda esta tesitura”. ¿De qué habla Piovano? “Lo de ayer (por el jueves) es preocupante por el tejido democrático que se ve debilitado, por las garantías constitucionales”, expresó en diálogo con el programa Nada del Otro Mundo, y agregó que esto recién esta comenzando: “Es difícil hacer otro tipo de lecutra cuando el gobierno habla de diálogo pero responde con balas al cuerpo. Yo estaba con mi cámara y un policia me disparó mirándome a los ojos. Quieren que no haya un pensamiento crítico frente a los acontecimientos históricos que se están sucediendo”.

Piovano hace muchos años que cubre este tipo de marchas y quedó espantado ante lo sucedido ayer: “Yo cubrí la crisis del 2001, estuve cuando mataron a Kosteki y Santillán, conozco las plazas y las temperaturas de las manifestaciones. La cantidad de tiros y gases que hubo hacía mucho que no los veía“.



A pesar de que la imagen impacta, Piovano insiste en despegar el análisis de su situación personal: “Lo que rompe el sueño es qué garantías vamos a tener, qué libertad de prensa estamos teniendo. ¿Qué está sucediendo con los derechos adquiridos? ¿Cómo es posible que les estén sacando a nuestros abuelos que han trabajado toda la vida? ¿Cómo es posible que le echen gases a ocho diputados frente a las cámaras con total impunidad y que no pase nada?”. Consideró que “no es un hecho aislado” y que “son señales siniestras”.

Por otro lado, Piovano confirmó que nadie del gobierno se interesó en ver cómo estaba. “No me llamó ningún funcionario. Recibí solidaridad hasta internacional, de muchos periodistas, pero del oficialismo no”, detalló.

Ni periodismo ni dignidad

Las coberturas de los medios adictos al gobierno avergonzaron. Siempre hablaron de “incidentes” en lugar de “represión” y sólo publicaron las imágenes de los manifestantes lanzando piedras y los diputados opositores gritándole a Monzó (que, recordemos, le tiró una trompada a Leopoldo Moreau). “Es una construcción adrede y nociva hacia la opinión pública. Es un trabajo que vienen haciendo hace mucho tiempo y está resultando victorioso para ellos. O sea, para el gobierno“, sostuvo Piovano.

Respecto específicamente a la cobertura de los diarios Clarín y La Nación, Piovano afirmó: “No me extraña para nada. No hay nada que se relacione ni con el periodismo ni con la dignidad. Muchos a los que hay que llamar ‘compañeros’ lo único que hacen es operar políticamente defenestrando nuestra profesión”.