El hambre interminable
Seis niños wichí fallecieron en enero en Salta y hay otros 26 internados con cuadros de desnutrición grave. Un médico rural denunció un plan sistemático para debilitar la presencia de comunidades en tierras de alto valor inmobiliario.
jueves, 30-enero-2020

Seis niños murieron por desnutrición en lo que va del año y hay otros 26 internados por cuadros graves de deshidratación, desnutrición y malnutrición en el norte de Salta.
La declaración de la emergencia sanitaria en Salta volvió a poner en el centro de la atención a la tragedia de los pueblos originarios de esa provincia. En lo que va del año ya murieron seis niños por desnutrición, malnutrición o deshidratación, mientras otros 26 permanecen internados por cuadros graves de desnutrición.
Al drama social y económico se suma además una sequía aguda en el norte de la provincia, altas temperaturas, enfermedades estacionales y situaciones de pobreza extrema.
Desde el hospital de Tartagal, en el extremo norte de Salta, Juan Ramón López explicó que los chicos internados fueron compensados y permanecen en observación. “No son los números que uno espera, pero no los podemos esconder, vamos a salir a hacer frente la problemática”, dijo el médico, director del hospital, y agregó que están charlando con los pueblos originarios, desde donde llegan la gran mayoría de los casos de desnutrición. “Nos falta comunicación, para eso vamos a implementar traductores de wichí. Yo a los pueblos originarios no les puedo echar la culpa de nada, sino que tenemos que hacer un mea culpa”, agregó López.
A comienzos del mes, el gobernador salteño Gustavo Sáenz solicitó la ayuda del Ministerio de Desarrollo Social para la asistencia de las zonas más críticas y se entregaron módulos alimentarios, así como tarjetas AlimentAR y el refuerzo de las misiones sanitarias. También se instaló una planta potabilizadora de agua, pero se detectó que los pobladores de las comunidades disponen únicamente de bidones contaminados para transportar el agua, con lo cual se agravaron los casos de deshidratación, diarreas y otras enfermedades.
Según el médico y senador provincial Manuel Pailler, la región conocida como Chaco salteño, donde se distribuyen gran parte de los pueblos originarios más afectados por la indigencia “se ha transformado en un desierto por los grandes latifundios sojeros, y los aborígenes no tienen animales ni aves para cazar, peces para pescar, no tienen árboles de cuyos panales sacaban la miel de abeja y que conformaban en gran parte su sustento diario”, dijo en una entrevista con diario El Tribuno.
Por su parte, ROdolfo Franco, un médico que trabaja en la comunidad wichí Misión Chaqueña, subraya la denuncia y agrega que “hay un plan sistemático de exterminio planificado para que los indígenas desalojen las tierras que son suyas hace 5000 años. Saben que se quedarán para siempre a pesar de que los terratenientes de Salta intentan echarlos para poner soja. Como no lo pueden hacer con balas porque queda muy feo, impiden que se eduquen, que tengan medios para sobrevivir y mejorar en esta sociedad; niegan la comida y el agua, derechos fundamentales”, dijo en una nota publicada por La Garganta Poderosa.