El lado oscuro del espejo sueco
La ciudad de Eskilstuna se convirtió en la primera del mundo en cobrarles un impuesto a los mendigos, quienes deberán tributar unos 26 dólares para poder pedir dinero en las calles para por comer.
martes, 6-agosto-2019

La ciudad sueca de Eskilstuna les cobra un impuesto a quienes mendigan en las calles.
Parece el argumento de una ficción distópica y absurda, el escenario de una fantasía cruel donde la lógica mercantil le ganó a cualquier resquicio de humanidad. Pero es verdad. Suecia, el país en el que se miran todas las sociedades que aspiran a pertenecer al primer mundo, acaba de convertir a los mendigos en una nueva categoría de tributistas y en la ciudad de Eskilstuna hay que pagarle al Estado para poder salir a pedir dinero para comer.
Con esta medida, el municipio de 100 mil habitantes, al oeste de Estocolmo, aspira a combatir lo que considera un problema social que afecta al comercio, la industria turística y el paisaje urbano de la ciudad y organizaciones de derechos humanos de todo el mundo están reclamando por lo que consideran una persecución que apunta a criminalizar a las personas en situación de calle.
El impuesto a los mendigos será de pago obligatorio, a través de una inscripción en un formulario online, y los “interesados” deberán pagar un impuesto de 250 coronas, unos 26 dólares, para poder mendigar sin problemas fiscales por las pintorescas calles suecas.