El mejor alumno
El embajador interino de los Estados Unidos afirmó que nuestro país es “un modelo para la región”. En el marco de la visita del secretario de Estado, los representantes de la potencia del norte le subieron el pulgar al ajuste llevado adelante por el gobierno, al que definieron como “reformas difíciles pero necesarias”.
lunes, 5-febrero-2018

El secretario de Estado, Rex Tillerson, junto al mimado de los Estados Unidos, Mauricio Macri.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, pasó por nuestro país y estuvo reunido con el presidente Mauricio Macri. En ese contexto, el embajador interino, Tom Cooney, manifestó el apoyo incondicional de su gobierno a la administración Macri y bancó con entusiasmo las medidas de ajuste dispuestas por el macrismo. Además, calificó la visita de Tillerson como “excelente”.
“Tenemos una relación realmente excelente de socios y estamos fortaleciendo la relación cada vez más”, dijo Cooney, como para graficar una suerte de nuevas relaciones carnales. “Vemos a la Argentina como un modelo de la región, una democracia muy fuerte que está tomando reformas difíciles, pero importantes y necesarias, que van a hacer crecer a la economía y al comercio bilateral con Estados Unidos”, completó. Una vez más, Argentina es la punta de lanza de la injerencia de Estados Unidos en el Cono Sur.
Los elogios hacia el macrismo en las palabras del embajador estadounidense se completaron con críticas al kirchnerismo: “La relación era pendular, estaba todo muy bien o muy mal”. El gobierno encabezado por Trump observa en la administración Macri un refugio seguro para sus intereses en el país y en el continente.
Cooney relató que durante la visita del secretario de Estado, Rex Tillerson, “hablamos mucho de la región, de la relación bilateral y de Venezuela”. Al respecto, resaltó sin tapujos que “Estados Unidos y Argentina creen que tenemos que tomar más acción para presionar al gobierno para que vuelva a las vías democráticas y a sus responsabilidades bajo la Constitución venezolana”. Los conceptos están a tono con la idea que pretende instalar Estados Unidos de que el de Maduro es un gobierno de facto, a pesar de haber llegado al poder -al igual que anteriormente Hugo Chávez- por la vía electoral, más allá de consideraciones o críticas políticas. Estados Unidos vuelve a mirar a su patio trasero y encuentra otra vez en nuestro país al mejor alumno.