“El presidente habla de un país irreal”
El Cura en Opción por los Pobres, Francisco “Paco” Olveira, sostuvo que los números de pobreza que muestra el gobierno son “una mentira descarada” y que, más allá de lo que digan los números del INDEC, en el territorio las cosas están “cada día peor”.
jueves, 29-marzo-2018

El padre Francisco "Paco" Olveira se mostró absolutamente desconfiado de los números del gobierno.
El dato de pobreza que difundió ayer el gobierno generó un ruido impresionante. Es que, para cualquier observador mínimamente crítico de la realidad, parecen datos imposibles. “Paco” Olveira es Cura en Opción por los Pobres y párroco de la humilde barriada de Isla Maciel y desconfía de que haya bajado la pobreza como dice el gobierno: “No puede ser, con lo que suben los precios de la canasta básica, el transporte, los remedios, etcétera”.
Olveira se preguntó “cómo puede ser que personas que viven con la AUH a las que les recortaron con la reforma previsional hayan salido de la pobreza”. “Esa gente está yendo directo a la indigencia”, agregó.
“Las cosas no están mejor, están cada dia peor. Ayer escuche al presidente hablando de un país irreal, donde se crean fuentes de trabajo, cada dia hay menos inflación, el empleo informal va hacia abajo”, dijo con enojo, y recordó que “ellos no dicen que la creación de trabajo viene de la obra pública, y que eso se hace con deuda, que algún día va a explotar”.
Según los datos difundidos por el INDEC, una familia tipo necesita 17.537 pesos para no caer en la pobreza. Según cuenta Olveira, en Isla Maciel la gente ni se arrima a esos montos: “En mi barrio prácticamente nadie recibe más de 17.000 pesos. Muchos viven con menos de 7.000. Veo gente desesperada que viene a pedir laburo, cosas básicas como la garrafa o un remedio”.
Pobreza o desigualdad
“Me parece que es una mentira muy descarada decir que bajó la pobreza”, expresó el párroco, y admitió que puede ser cierto que haya bajado la pobreza respecto a 2016 –en términos generales, el peor año económico en mucho tiempo-, pero que “eso no puede ser cierto en 2018, cuando sólo en enero y febrero la canasta básica subió un 5 por ciento”. Y a eso hay que agregarle que los aumentos salariales no superan el 15 por ciento, con una previsión inflacionaria que ronda entre el 20 y el 25 por ciento.
“La bronca más grande no es la pobreza sino la desigualdad. Acá la brecha se va agrandando”, manifestó Olveira.