El Presupuesto 2018 y el optimismo amarillo
El Senado dará hoy dictamen para tratar mañana el proyecto de ley del Presupuesto 2018. Tiene previsiones demasiado optimistas que, de no cumplirse (como sucedió este año), generarán más ajuste.
martes, 26-diciembre-2017

El Congreso debatiría mañana el proyecto de Presupuesto 2018.
La Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara Alta se reunirá hoy a la siesta y el oficialismo buscará el dictamen para el proyecto de ley de Presupuesto para el año que entra. En caso de que eso suceda, será tratado mañana sobre tablas (ya tiene media sanción de Diputados). De esa Comisión pidió formar parte la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aunque la semana pasada no participó de la reunión por el proyecto de la reforma tributaria. Todavía es una incógnita si estará hoy o no. La Comisión es presidida por el macrista Esteban Bullrich.
El proyecto de Presupuesto para el año que viene contempla un crecimiento del PBI del 3,5 por ciento, plantea una meta de inflación del 15,7 por ciento, un tipo de cambio a 19,3 pesos y un aumento de la inversión del 17 por ciento. Todas estimaciones demasiado positivas teniendo en cuenta los números de este año.
Según los datos del INDEC, el crecimiento este año está alrededor del 2,5 por ciento, impulsado por los datos del tercer trimestre dados a conocer días atrás. En materia de inflación, la previsión es más sombría: para este año, el gobierno planteó una meta del 17 por ciento, que luego tuvo que elevar a 20 y que, según los cálculos más moderados, terminará siendo 23 por ciento (aunque algunos cálculos dan bastante más). Respecto al tipo de cambio, ya empieza a escucharse el ‘run run’ por parte de algunos sectores (como el campo, por ejemplo) de que el tipo de cambio está atrasado. Esa presión se tornaría más fuerte este año y el pedido, seguramente, estará por arriba del 19,3 que prevé el gobierno en el Presupuesto.
Pero ¿qué pasa si las estimaciones son demasiado optimistas? Existe el riesgo de que el año que viene no se verifiquen en la realidad, lo cual obligaría a hacer más ajustes. ¿A quiénes? Si nos guiamos por la trayectoria de esta gestión, será a los más vulnerables. “Cuando un Presupuesto subestima inflación y sobreestima crecimiento, es un ajuste encubierto”, dijo la diputada Graciela Camaño en el debate en la Cámara Baja.
El cinturón del Congreso no se ajusta nunca
El gobierno da un discurso de austeridad, pidiendo paciencia y esfuerzos a los más vulnerables y necesitados. Como muestra, sobra con ver la reforma previsional. Sin embargo, no tiene la misma vara con el Congreso de la Nación, que no se privó de gastos extravagantes. Por ejemplo, se gastó 1,5 millones de pesos en videos para el programa “Conociendo mi Congreso”. Para distintos reconocimientos, se compraron 77 medallas de oro 18 kilates en las que se gastaron 1.370.600 pesos y 200 pines de oro en los que se gastaron 918.600 pesos. Algunos gastos llaman la atención por el lujo: el Congreso adquirió 30 bandejas de acero a 4.200 pesos cada una.
En Diputados, los gastos en plantas, macetas y productos de vivero ascendió a 480.731 pesos y la compra de banderas y astas a 585.949 pesos. La renovación del subsuelo del anexo de la Cámara costó 2.310.776 pesos. Además, el Congreso gastó más de 10 millones de pesos en computadoras, impresoras y escáners. Un panorama donde lo que pareció reinar no fue precisamente la austeridad.