El salario promedio se hunde en el fango de la pobreza

La Canasta Básica Alimentaria y la Canasta Básica Total que mide el Indec aumentaron un 55,8 % en los últimos doce meses. Es un porcentaje que está por encima de la inflación y demuestra que la crisis pega más en los que menos tienen. El mes de quiebre fue mayo de 2018, cuando las canastas empezaron a dispararse.

 jueves, 21-febrero-2019

Mientras el salario promedio queda rezagado, la línea de pobreza avanza a mayor velocidad que la inflación. Síntomas inequívocos del deterioro económico.


El Indec dio a conocer la valorización mensual de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT). La variación de ambas canastas de diciembre a enero fue de 3,7 % y también fueron coincidentes los porcentajes de la variación interanual, con un porcentaje doloroso: 55,8 %. Este porcentaje está 6,5 puntos arriba de la inflación oficial medida de enero a enero, que fue de 49,3 %.

Teniendo en cuenta que la CBT es la que marca la línea de pobreza y la CBA la que marca la línea de indigencia, al compararlas con la inflación se desprende que la crisis pega más fuerte en aquellos sectores más vulnerables.

Una familia tipo –varón de 35 años, mujer de 31, hija de 8 e hijo de 6- necesitó de $ 10.577,16 para no caer en la indigencia y de $ 26.442,92 para no caer en la pobreza. Un trabajo del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano estableció en octubre que el salario promedio de los argentinos medido en moneda estadounidense era de 468 dólares. Sin tener en cuenta que la situación desde octubre empeoró y si tomamos la cotización del día de hoy, el sueldo promedio es de $ 18.982. Es decir: una familia argentina que vive con un sueldo promedio no sólo está bajo la línea de pobreza sino que está a igual distancia de ser indigente que de dejar de ser pobre.

Los números hacen prever que este año se cumplirá el pronóstico que dio –aunque parezca increíble- la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. “Puede ser un poco peor que el último que se anunció”, dijo hace una semana al referirse a la próxima medición de la pobreza, el índice por el cual el propio presidente pidió ser evaluado al final de su mandato.

Por otro lado, se observa de manera nítida el impacto que tuvieron las dos grandes corridas del año pasado. La variación interanual de la CBT –comparación con igual mes del año anterior, en este caso 2017- osciló de enero a mayo entre 20,5 y 24,9 %. A partir de ese mes, fue una escalada ascendente muy acelerada que alcanzó su máxima velocidad en agosto/septiembre, tras la segunda corrida cambiaria, al saltar el incremento anual de la canasta de 33,6 a 43,1 %, hasta llegar al 55,8 % actual.