El si pasa, pasa, no pasó

Renunció Valentín Díaz Gilligan, subsecretario general de la Presidencia, luego del escándalo desatado por la cuenta de más de un millón de dólares en Andorra que no tenía declarada. Macri y el círculo íntimo buscaron sostenerlo, pero ante las críticas de propios y ajenos, más la denuncia en la justicia por lavado de activos y omisión maliciosa en la presentación de su declaración jurada, el funcionario dejó el cargo.

 martes, 20-febrero-2018

Valentín Díaz Gilligan, subsecretario de la Presidencia, salpicado por otro escándalo offshore.


Valentín Díaz Gilligan se quedó sin guarida: esta tarde renunció a su cargo de subsecretario general de la Presidencia, jaqueado luego de que el diario El País, de España, publicara que tenía una cuenta no declarada de 1,2 millones de dólares en Andorra, que el hasta hoy funcionario se la atribuyó al empresario futbolístico de Uruguay, Francisco “Paco” Casal, el dueño de ese deporte en el país vecino e involucrado en el FIFA-Gate por supuestos pagos de sobornos.

Desde que se conoció la noticia, el propio Macri, su Jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el superior inmediato de Díaz Gilligan, Fernando De Andreis, defendieron al renunciante con el manual de excusas que el macrismo tiene a mano desde que estalló el escándalo de los Panamá Papers en abril del 2016: que el denunciado no tiene nada que ver con lo que los dicen los documentos.

La vulnerabilidad de Díaz Gilligan fue en aumento y terminó de desmoronarse cuando desde la propia alianza gobernante empezaron a pedir que el titular de esa cuenta diera un paso al costado. El primero en reclamarlo públicamente fue Negri, jefe del interbloque de Cambiemos en la Cámara de Diputados, y después la otra espada del Congreso, Elisa Carrió.

Tapa de todos los medios y noticieros, Díaz Gilligan ensayó un descargo anunciando que aclararía la situación presentando la documentación en la Oficina Anticorrupción, una parodia burocrática que responde al jefe del Poder Ejecutivo. Insistía en que el dinero no era suyo, sino del empresario uruguayo.

La doctrina del “si pasa, pasa” parecía sostenerse hasta el día de hoy, cuando la denuncia presentada por el diputado del FPV, Rodolfo Tailhade, pidiendo que se investigue al hombre de confianza de Macri por presunto lavado de dinero y omisión maliciosa en la presentación de su declaración jurada, fue demasiado. Para un gobierno que desde que arrancó el verano se encuentra atajando penales, el gol en contra de Díaz Gilligan fue demasiado.