“El terrorismo y las pandemias tienen como efecto secundario el control social”

Walter Goobar analizó el contexto mundial en el que apareció el coronavirus. El periodista y especialista en política internacional recordó que, meses antes de que detectaran el primer infectado en China, el Grupo de Davos había realizado un simulacro de una pandemia similar. Consideró que se ocultó mucha información al público y evaluó como una posibilidad que la industria farmacéutica mundial sea la gran beneficiada, tal como sucedió con la Gripe A en el año 2009. Otra hipótesis que barajó fue que, en el marco de la “guerra comercial” de EEUU contra China, el coronavirus haya logrado que el país oriental retroceda en su poder económico y político en el esquema internacional.

 jueves, 12-marzo-2020

Walter Goobar, periodista especializado en política internacional, consideró que hay mucha información que no se conoce o que ha sido ocultada sobre el coronavirus


El analista internacional, Walter Goobar, se mostró preocupado por el avance del coronavirus y, durante una entrevista radial, reflexionó acerca de la aparición del Covid-19 en el contexto político internacional actual. Si bien consideró que a lo largo de la historia siempre han existido pandemias y epidemias de este tipo, evaluó que el coronavirus tuvo una veloz expansión como resultado de la rapidez y la reducción de los tiempos en las comunicaciones – viajes, turismo y comercio – que favoreció el crecimiento y la extensión del virus. “Igualmente, se ha ocultado mucha información al público”, opinó.

No obstante esta aclaración, el periodista de la Agencia Sputnik recordó que hubo “un episodio” que le resultó “sumamente extraño”. “Antes de que se conociera oficialmente la existencia del coronavirus, el Grupo de Davos – con la participación de las potencias como China, Rusia y representantes del poder económico mundial como Bill Gates – hizo un simulacro de una pandemia muy similar al coronavirus”, señaló. En ese sentido, remarcó que es un hecho concreto y comprobable, a diferencia de otras noticias que son más bien “teorías conspiranoicas” que no se pueden verificar. Algo que, casualidad o no, también advirtió la Organización Mundial de la Salud en septiembre del año pasado cuando presentó un informe que alertaba que “una enfermedad similar a la gripe podría extenderse por el mundo en apenas 36 horas y matar a 80 millones de personas”.

En relación al origen del coronavirus, Goobar fue cauteloso, pero sí se permitió pensar quiénes se benefician y quiénes se perjudican con la enfermedad. Con una visión retrospectiva, puso como ejemplo el brote de Gripe A que conmocionó al mundo en el año 2009. “La gripe A, también presuntamente originada en China, generó una psicosis para la compra de un medicamento que se llamaba Tamiflu. Quien tenía la patente era el ministro de Defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld, que se la vendió a los grandes laboratorios”, explicó. “Si en el tema del coronavirus está de por medio la industria farmacéutica mundial, es tan poderosa y tan peligrosa como los fabricantes de armas. Y está más allá de los Estados y los gobiernos”, evaluó.

Por otro lado, el analista internacional dijo que, en un primer momento, “pareció que este virus venía a cumplir alguna función en la guerra comercial de Donald Trump contra China”. “De hecho, China ha retrocedido varios casilleros en cuanto a su poderío político y económico”, detalló. Sin embargo, el coronavirus no eludió a Estados Unidos y su presidente – recién ayer -suspendió el ingreso de personas provenientes de los países europeos que tienen casos positivos.

Frente a este panorama, Goobar comparó los sistemas de salud de los países escandinavos con los de Estados Unidos, por ejemplo. “Tienen servicios de salud muy desarrollados con mucha presencia estatal. En cambio, en EEUU tenes que pagar para hacerte la prueba del coronavirus”, contrastó. “Si bien se están construyendo algunos hospitales en Miami para enfrentar la pandemia, en Nueva York la respuesta ha sido movilizar la Guardia Nacional: una respuesta policial”, comentó. “Tanto en el terrorismo como en las epidemias, el efecto secundario es el control social”, concluyó incluyendo en esta idea a potencias mundiales como EEUU, China y Rusia.