Eliminar al estratega
El gobierno de facto de Bolivia ordenó la detención de Evo Morales, a quien acusa de “sedición, terrorismo y financiamiento al terrorismo”, con el objetivo de que el líder del MAS no pueda participar de ninguna manera del proceso electoral que se realizará en enero.
miércoles, 18-diciembre-2019

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El gobierno dictatorial de Jeanine Áñez busca sacar de la cancha al líder del Movimiento al Socialismo, Evo Morales, asilado en la Argentina y principal estratega de su partido en las próximas elecciones bolivianas que se realizarán en enero.
Asesorados por Erick Foronda, ex embajador de Estados Unidos en Bolivia durante 25 años y uno de los mentores del Golpe de Estado, Añez y su ministro de gobierno, Arturo Murillo, pusieron en marcha la otra etapa de persecución y aniquilamiento político y personal de Evo.
Toda la acusación está montada sobre audios en los que el gobierno de facto sostiene que Evo incitó desde México, su primer lugar de asilo, a bloquear rutas y hacer piquetes en contra del autoproclamado gobierno de Añez, lo que en realidad era una manifestación de legítima defensa del presidente que había ganado las elecciones en Bolivia y fue derrocado por grupos sediciosos comandados por Luis Camacho desde Santa Cruz, con apoyo logístico y militar de Estados Unidos.
Sin embargo, Evo, denunció que esas grabaciones habían sido manipuladas.
Como en Ecuador con Rafael Correa, la coordinación política y judicial busca cercar a Morales sin importar el cómo. Incluso el coronel Fernando Guarachi, jefe de una unidad policial de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), adelantó que se tomarán las medidas pertinentes para concretar la detención de Morales también en suelo argentino, lo que violaría el derecho internacional al asilo.
La orden fue emitida esta tarde por la Fiscalía Especializada en Anticorrupción y Legitimación de ganancias ilícitas, en el marco de la causa por los supuestos delitos de “sedición, terrorismo y financiamiento al terrorismo” en contra de Evo y de Faustino Yucra, dirigente del MAS, con quien supuestamente Morales habría mantenido la comunicación telefónica durante las movilizaciones populares.