En receso (y no es el invernal)
La actividad económica cayó 0,9% en abril y 2,7% en la medición desestacionalizada. La recesión empezó antes de lo previsto por los gurúes del gobierno, que esperaban el impacto en el segundo semestre, como consecuencia de lo que el eufemista Peña llamó "shock externo".
miércoles, 27-junio-2018

La cerealera agroexportadora Bunge duplicó su facturación en tres años.
Hay recesión y no es teórica ni un alerta a futuro. Y es fuerte. En abril, aún sin el efecto de la corrida cambiaria, la economía cayó el 0,9% en relación a abril de 2017 y el 2,7% en forma desestacionalizada (en comparación con marzo 2018).
Es un dato de Indec publicado hace horas, lo cual explica porqué el jefe de Gabinete Marcos Peña admitió que habrá “unos meses recesivos” en el segundo semestre. Se quedó tres meses corto. El hombre más poderoso del Gobierno despúes de Macri adjudicó esa caída a “el shock externo y la crisis cambiaria”. Pero la baja comenzó en abril, antes de la gran corrida, cuyo impacto en la economía real aun no se cuantificó.
También el flamante ministro de Producción, Dante Sica, dijo que hay “alerta” en el gobierno por la cantidad de cheques rechazados en los bancos, y reconoció una “desaceleración” de la actividad económica, que impacta principalmente en las pymes. Sica explicó la recesión por la sequía (la actividad agropecuaria cayó muy fuerte en abril) y por la devaluación que aún no se había producido drásticamente.
Además, el ministro mencionó la tasa de refencia del 40% que hoy confirmó el BCRA, sobre la que dijo que hay que bajarla cuando “la economía se estabilice”.