“Es un logro importante, la impunidad no fue absoluta”

Ex preso político y uno de los impulsores de la causa, Luis Vitín Baronetto valoró ante este portal la sentencia del Tribunal Oral Federal N°2 que condenó a los ex jueces federales durante la dictadura, Miguel Angel Puga y Antonio Cornejo, y absolvió al ex secretario penal, Carlos Otero Alvarez, y al entonces defensor oficial, Ricardo Haro. Es el primer proceso que juzga a funcionarios del poder judicial que participaron del Terrorismo de Estado.

 martes, 7-noviembre-2017

Fue el primer juicio en el que se condenó a miembros del poder judicial que actuaron durante la dictadura.


La “causa maldita” del poder judicial llegó a su fin y tuvo sabor agridulce: fueron condenados a 3 años de prisión los ex jueces federales Miguel Angel Puga y Antonio Cornejo, mientras que terminaron absueltos el ex secretario penal Carlos Otero Alvarez y quien fuera defensor oficial, Ricardo Haro, en la causa que investigó las responsabilidades de parte del poder judicial con los crímenes y vejaciones que llevó a cabo la dictadura genocida que asaltó el poder el 24 de marzo de 1976, principalmente en la ex cárcel de San Martín, donde 30 presos políticos cumplían condena y fueron víctimas del poder militar y judicial.

“Estamos satisfechos por haber realizado este juicio, que no era nada fácil, porque terminó como un desprendimiento de la causa Videla, y en ese proceso se fueron lavando los cargos en los jueces intervinientes”, señaló a Al Revés, Luis Vitín Baronetto, ex preso político, querellante en esta causa y uno de los principales impulsores de que este proceso llegara a juicio oral y público.

A pesar de las frondosas pruebas documentales y testimoniales que probaban la participación de los 4 acusados, Baronetto dijo que “no los sorprendió del todo las absoluciones de Otero y Haro, porque el presidente del Tribunal, Julián Falcucci, ya había fijado esa posición en otro juicio en Tucumán”. Los delitos por los que se investigó a los jueces eran encubrimiento, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público, lo que implica desde no investigar supuestamente crímenes evidentes hasta aceptar como válidas declaraciones obtenidas en sesiones de tortura.

De todas maneras, quien fuera uno de los presos que logró salvar su vida durante su detención en la ex cárcel de San Martín, destacó que “por la contundencia de los hechos esperábamos una conducta distinta de los jueces, pero la corporación judicial sigue presente y por más que existan las leyes y la democracia, la justicia está mediada por jueces y no siempre se hace justicia”.

Igual, Baronetto arriesgó que la absolución de Otero tiene que ver con el argumento de su defensa, que presentó a éste como un “fehatario”, que cumplió un rol pasivo, y no como “un constructor del expediente, más allá de que las pruebas eran abundantes”. En tanto, sobre Haro sostuvo que “los jueces entendieron que su rol de defensor oficial atenuó su responsabilidad, a pesar de muchos testimonios que confirmaban su trabajo deficiente en ese cargo”.

Por eso, Vitín catalogó el fallo como “un logro importante, porque la impunidad no fue absoluta”. El próximo 7 de diciembre se conocerán los fundamentos de la sentencia que firmaron Julián Falcucci, José Camilo García Uriburu y Jorge Gallino.