“Esta es la versión más elaborada del macrismo”
Los discursos del domingo a la noche en el búnker de Cambiemos revelan las licencias que otorgan los números de las urnas. Más consignas, más repetidas, más estudiadas. En la victoria, más macrismo que nunca.
miércoles, 25-octubre-2017

Una victoria demoledora. Un puñado de consignas. Tres discursos para repetirlas. El domingo por la noche, Cambiemos completó su debut como fuerza verdaderamente nacional y se reinventó desde lo discursivo. Fue, más bien, una profundización. La misma reafirmación que se había sentido en las urnas. “Hay un refuerzo de la lógica motivacional, del discurso prospectivo, de esperanza, es un refuerzo de lo que venían planteando en estos dos años, sin un diagnóstico político explicativo”, dice Ana Soledad Montero, socióloga, investigadora del Conicet y dedicada al análisis de discursos políticos.
Cuando el escrutinio provisorio iba afilando los números de la victoria amarilla, Esteban Bullrich (el candidato que aparecía en la boleta), María Eugenia Vidal (la candidata real, la que aparecía en la televisión) y Mauricio Macri (el padre de la criatura), en ese orden, salieron al escenario y dieron discursos cuasi-calcados cocinados por la factoría ecuatoriana y habilidosa de Durán Barba. “Macri habló -aunque probablemente coacheado- sin teleprompter, con un estilo más espontáneo y más aceitado. Bullrich tenía un mensaje para dar, pero sin muchas emociones. El caso de María Eugenia Vidal es distinto: ahí sí hay mucho para analizar”, explica Montero. ¿Qué tiene la gobernadora? “Pone a lo motivacional como algo religioso. Tiene un tono pastoral, entre sufriente y esperanzado. Motivación, sacrificio: el mensaje es ‘quiero vivir mejor, elijo vivir mejor, puedo vivir mejor’”, señala Montero. Y son palabras que llegan, por alguna razón, directo al corazón del electorado argentino.
Como casi siempre, el discurso de Cambiemos apuesta al futuro, rechaza el pasado como tiempo cargado de contenido. O como si el contenido que hubiera ahí, en el pasado, ameritara el olvido. Montero nos da un apunte interesante en este sentido: “Esta vez, Cristina y Macri coincidieron en la cuestión de la temporalidad hacia el futuro. En la idea de que esto está recién empezando. Cristina planteó que Unidad Ciudadana es un proyecto que tiene sólo cuatro meses”.
En este discurso macrista que mira hacia el futuro, el domingo apareció una palabra realmente nueva, en boca de Vidal, que no pasó por alto para la socióloga: “El impulso a futuro se plasma en la aparición de idea de que el gobierno es ‘imparable’. Ven este resultado como una ratificación y como un aval para avanzar”.
La dialéctica macrista apuesta al éxito individual fruto del esfuerzo personal. Es casi un desafío. “Se ve lo pastoral en un sentido weberiano, del tipo que hace lo que tiene que hacer para avanzar. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Hay que ser aventurero y al mismo tiempo un asceta. Es eso: una pastoral aventurera y ascética”, opina Montero. Es en esa arista donde el discurso de Cambiemos encaja, engrana y se abraza con la autoayuda. Autoayuda para la motivación individual, para el esfuerzo individual y, finalmente, para el éxito individual.
Duran Barba y sus criaturas
El ecuatoriano, la cabeza detrás de cada palabra de la cofradía presidencial, apareció sorpresivamente el domingo en el escenario. El titiritero a la par de sus criaturas. Todo para ver. “Este es el macrismo en su versión más elaborada. Pusieron en escena todo lo que tenían. Que Durán Barba haya subido al escenario me impresionó. Es como abrir el telón y mostrar lo que hay atrás, el detrás de escena. Fue un gesto interesante”, estima la socióloga.
¿Y Cristina?
La apuesta de la ex presidenta fue la de presentarse renovada, al haber cambiado su sello. Y, en ese sentido, como la única opción opositora con posibilidades reales. Un llamado al resto a sentarse a su mesa para lograr la unidad. Montero recalcó que “no felicitó a los ganadores e hizo un diagnóstico que tiene que ver con la fragmentación del peronismo”. “Estuvo más moderada, con un discurso más leído que otras veces, lo que reveló cierta desorientación: Cristina sabe que necesita reinventarse pero no encuentra el tono”, remató.