“Estamos en un piso de dignidad”
Cristina hizo un cierre en la Universidad de La Matanza a tono con lo que fue su campaña. Rodeada de estudiantes, pidió que no haya abucheos y dio un discurso que se centró en la situación económico-social, se refirió a la desaparición de Santiago y dejó una perlita: admitió con clase pero con firmeza que en ocasiones le faltó humildad. Una Cristina light, pero sin perder potencia ni calidad discursiva.
jueves, 10-agosto-2017

Cristina estuvo rodeada de estudiantes universitarios. Así fue durante la campaña, junto a gente de a pie.
La estrategia electoral mostró en esta campaña a una Cristina distinta. Con un discurso menos teórico y menos de trinchera, buscó una imagen más amable, menos rea, para no hablarle sólo a su núcleo duro. En el comienzo, se refirió por primera vez a Esteban Bullrich, su principal rival (al menos en las boletas, ya que en la realidad su rival virtual es María Eugenia Vidal): “Pedí ver lo que dijo (en referencia a la frase de Bullrich, “un pibe preso más cada día”). Pensé que era una edición, pero no. Estaba la gobernadora al lado mirándolo sonriente. Más allá de las preparaciones y el armado de discursos, hay momentos donde la gente muestra su verdadera matriz de pensamiento“.
“Yo creo que el gobierno no sabe bien cuál es el país que está gobernando ni quiénes son sus gobernados. No tienen noción de lo que está pasando. Debemos, a través de nuestro voto, ponerle un límite a esto”.
Cristina Fernández de Kirchner
Luego, sí, fue a tono con su nueva postura y dijo: “La gente ya no quiere escuchar a los políticos. La gente tiene una imperiosa necesidad de ser escuchada“. Luego, agregó que tras estos dos meses de recorrida de campaña, considera que aquel diagnóstico de Arsenal (“este gobierno vino a desordenarle la vida a la gente”) avanzó más. “Nadie puede discutir que hemos retrocedido. La sociedad volvió a debatir cosas que parecían superadas: no había miedo a perder el trabajo, la comida, los remedios para los viejos. Las tarifas de gas y de luz no eran un problema. Yo hablé el otro día de piso democrático, pero pensándolo bien creo que es un piso de dignidad“.
Cristina bajó un cambio: hizo su discuros menos áspero en búsqueda de mayor eficiencia.
“Yo creo que el gobierno no sabe bien cuál es el país que está gobernando ni quiénes son sus gobernados. No tienen noción de lo que está pasando. Debemos, a través de nuestro voto, ponerle un límite a esto y reconstruir la dignidad de la ciudadanía. Este rumbo económico está absolutamente equivocado”, arengó Cristina. Además dejó un tirito por elevación a Massa y a Randazzo: “Todos sabemos cuál es el voto más directo, cuál es el voto que más va a entender el gobierno como llamado de atención y advertencia para cambiar el rumbo. Les pido que ese voto sea lo suficientemente fuerte, claro y contundente para que el gobierno entienda que así no se puede seguir”.
Santiago Maldonado
La ex presidenta se refirió a la desaparición del joven: “Nunca pensé que iba a tener que volver a escuchar el testimonio doloroso de familiares sobre un joven que había desaparecido luego de una movilización y una represión conducida por fuerzas de seguridad nacional y por un importantísimo funcionario del ministerio de Seguridad (Pablo Noceti, jefe de gabinete de esa cartera). Me corrió frío por la espalda. Ahí ya no es conmoción de sentimientos. Ahí viven otros sentimientos: el miedo“. Cristina dijo que pensó que “los argentinos nunca íbamos a volver a sentir eso” y que el gobierno debe aclarar la situación y que aparezca Santiago con vida.
“El domingo seamos humildes y responsables…responsabilidad hemos tenido siempre. Aunque debo reconocer que algunas veces no hemos sido tan humildes como debiéramos haber sido”.
Cristina Fernández de Kirchner
Humildad y soberbia, en una baldosa
Una de las movidas más inteligentes de su discurso: Cristina admitió la soberbia propia como error y al mismo tiempo la pateó al arco amarillo. “Dicen que son los mejores. Miren lo que pasa con el mejor ministro de Educación de la historia: lo tienen que esconder y hacerlo callar la boca porque cada una de sus ideas espanta a miles. Y ahí tienen a la gobernadora que debió abandonar su gestión para sumarse a la campaña. Es evidente que no era el mejor ministro”, expresó. Luego, en otro pasaje, vino la perlita del discurso. “El domingo seamos humildes y responsables”, pidió Cristina. Y allí hizo una pausa actoral (de las que le atribuye Mirtha Legrand), unos puntos suspensivos, y soltó: “Responsabilidad hemos tenido siempre. Aunque debo reconocer que algunas veces no hemos sido tan humildes como debiéramos haber sido“. Aprendió, Cristina, a bajar el tono de su verba sin restarle calidad.