“Esto no fue un accidente, fue un asesinato”

Tras el entierro de las dos víctimas de la explosión del colegio de Moreno, el docente y compañero de los fallecidos, Hernán Pustilnik, apuntó contra la gobernadora María Eugenia Vidal. Hace un mes y medio, el Frente Gremial Docente le entregó en mano al ministro de Educación carpetas detallando los problemas de cada colegio. Figuraba el escape que causó la explosión.

 viernes, 3-agosto-2018

Postal del horror: las fotos de cómo quedó el colegio son impactantes.


Por Grego Tatián.

La explosión en el colegio n° 49 “Nicolás Avellaneda” de Moreno desnudó –una vez más- la decadencia edilicia del sistema educativo argentino. “Esto no fue un accidente, fue un doble asesinato”, expresó sin rodeos Hernán Pustilnik, docente de esa escuela, compañero y amigo de Sandra y Rubén, las dos personas que murieron en la tremenda explosión.

Pustilnik apuntó contra el gobierno provincial: “Los responsables tienen que pagar: desde la gobernadora Vidal hasta el Ministerio de Educación pasando por el Consejo Escolar”. Este organismo está intervenido hace aproximadamente un año por una denuncia por malversación de fondos. “Lo intervinieron para que las cosas funcionen como tienen que funcionar, prometiendo cambio. Y acá están los resultados”, lanzó el docente.

El ministro Gabriel Sánchez Zinny dijo que no conocía el problema del colegio, pero Pustilnik lo desmintió al recordar que hace un mes y medio el Frente Gremial Docente hizo un “carpetazo”, al entregarle a Sánchez Zinny carpetas con información de los problemas de cada colegio. “Se las dieron en mano al ministro. Ni siquiera las leyeron”, argumentó el docente.

¿Qué pasó antes de la explosión?

Pustilnik relató que el miércoles al mediodía había olor a gas en el colegio y junto con los otros docentes y auxiliares (incluidos Sandra y Ruben) buscaron la pérdida, sin éxito. Según detalló su compañero, Sandra pidió un gasista al Consejo Escolar: “Se quedó hasta las 18.30, cuando nuestro horario es hasta las 16.30. Llegó un gasista, miró por arriba, dijo que no había pérdida, cerró y se fue. El gasista es del Consejo Escolar, no es particular”.
Para el docente, lo que debió haberse hecho es “simplemente cerrar el paso del gas y suspender las clases para revisar el colegio”.

Ni gas, ni cloacas, ni nada

La explosión fue monstruosa. El cuerpo de Sandra terminó a casi 60 metros del lugar de la explosión. El de Rubén a 40 metros. Fue por la presencia de cuatro garrafones de gas. ¿Por qué había tantas garrafas? “Este es un barrio muy carenciado. Acá no hay gas, ni cloacas, ni nada. Los pibes, la única comida que tienen es en la escuela. Los papás no tienen dinero para darles de comer”, dijo Pustilnik.