Camilo Ratti

Fake news en vivo y en directo

Cuenta la leyenda que en la etapa final de su mandato, cuando los efectos del Crac de 1929 le azotaban un golpe mortal a la Argentina agroexportadora, dependiente del precio internacional de materias primas, los funcionarios de Yrigoyen le escribían un diario con buenas noticias a un presidente asediado por la crisis internacional, pero sobre todo por las intrigas de los radicales alvearistas, la oligarquía terrateniente y un ejército que inauguraría su cultura golpista y antipopular con el golpe de 1930.
En aquellos años, el partido se jugaba en la prensa escrita, que fue cómplice de su derrocamiento. La radio recién arrancaba y los medios audiovisuales eran ciencia ficción. Casi un siglo después, Mauricio Macri se aferra al fenomenal blindaje mediático para mentir en vivo y en directo a las masas que no van a la plaza a escucharlo.
Lo hizo en múltiples plataformas desde el minuto cero de su gobierno, y todo indica que lo seguirá haciendo hasta que entregue la banda y el bastón de mando a quien vaya a sucederlo el próximo 10 de diciembre, que quiera dios y los santos evangelios que Francisco controla desde el Vaticano no sea él mismo.
Macri es una fake news on-line. Un pez que no se cansa de morir por la boca, que arrancó la semana diciendo que la “economía se estaba ordenando”, y la cerró con una catarata de falsedades en la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Ante la mirada atónita de su equipo -la cámara tomó una deliciosa imagen de Marcos Peña tragando saliva para pasar el monumental desatino de su jefe-, el Presidente afirmó que estaba bajando la inflación, la pobreza, el desempleo, al tiempo que crecía la economía, las inversiones y las exportaciones. Una ofrenda a la oposición, que se puso de pie para aplaudirlo.
Dos días antes, el Indec que no se cansa de elogiar, había difundido que el 2018 había cerrado con una baja de la economía de 2,6% y la pérdida de 190 mil empleos registrados. La inflación del año pasado fue la más alta desde 1991, la industria lleva casi un año de parálisis con más de 100 mil despidos, las Pymes siguen en coma inducida y el poder adquisitivo de los salarios perdieron por goleada ante el Indice de Precios al Consumidor que dicta el carrito del supermercado.
paradigma del capitalismo financiero que añora la Argentina granero del mundo (o verdulera, para ser precisos, que viaja gratis por los cinco continentes vendiendo limones a cambio de productos elaborados) hace tres años que hace lo posible y lo imposible por destruir el aparato productivo, el mercado interno y la consecuente distribución de la riqueza que genera un modelo industrialista, inviable con tasas de interés del 60%.
La tormenta perfecta
Lejos de bajar la inflación, “lo más fácil del mundo” según Mauricio modelo 2015, el escenario 2019 plantea “un escenario de estanflación que comienza a consolidarse en la economía argentina”, según advierte el último informe del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala sobre lo que dejó febrero.
Para un organismo de reconocida rigurosidad técnica, que no se financia de empresas ni partidos políticos, la sorpresiva aceleración de la inflación de enero, con perspectivas de mayores alzas en febrero, “dejó en offside a la cúpula económica de Cambiemos”.
Según los economistas del ITE “el gobierno no cuenta con espacio para escapar de esta trampa de (de)crecimiento económico. Los primeros datos de 2019 indican que la recaudación está empezando a acusar recibo de la recesión”. Además, sostienen que los ingresos del fisco registran caídas reales desde mediados de 2018, mientras que imponderables políticos, como el fallo a favor de San Luis que dictaminó la Corte Suprema (que podría hacer lo mismo con Santa Fe) “restringen aún más el margen de maniobra”.
Mientras tanto, la inflación no cede. El 2,9 de enero encendió todas las alarmas oficiales y obligó a estirar las piernas a los dirigentes sindicales. La discusión que atraviesa -o debiera atravesar- a los caciques gremiales y no solo Dante, el héroe popular que le reclamó face to face a Mauricio que “Haga algo” para no seguir “cayendo”, pasa por cómo recuperar lo perdido el año pasado y no seguir dando pasos atrás. Salvo el 2017, cuando la mayoría de los gremios empardaron la inflación, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios trepa al 50% en los tres años de Cambiemos.
Atenti con el verde
“Además de hacer las veces de globo de ensayo de lo que puede esperarse en términos cambiarios, una vez que empiece a correr el reloj electoral, este mini episodio de estrés con el dólar a fines de febrero marcó el escaso margen de maniobra con que cuenta el gobierno para hacer campaña con la política económica”, explican desde el ITE.
Con un 2019 que arranca con La Pampa su calendario electoral en marzo, la estabilidad del dólar se vuelve fundamental para que no haya ningún descalabro en la macroeconomía argentina. “Por lo tanto, el cumplimiento del acuerdo con el FMI (y su correspondiente objetivo de “déficit cero”) y el piso para la tasa de interés (reforzado por la meta monetaria) son cuestiones sumamente necesarias para estabilizar el mercado de cambios, pero que volverán a presionar sobre los costos de las empresas, reduciendo su rentabilidad”, afirma el trabajo.
Sin recomposición de la actividad económica señalan que “será difícil pensar en un mayor aumento de salarios, ya que las empresas están operando dentro de márgenes inferiores respecto de años anteriores”. Los analistas se refieren al “populismo kirchnerista” tan demonizado por las patronales empresarias, que se cansaron de ganar plata con Néstor y Cristina y ahora lloran los efectos del neoliberalismo financiero que los está ahorcando.
La malaria no abarca sólo las 75 mil Pymes que bajaron las persianas bajo el régimen macrista. Fiat, Renault, Peugeot y Toyota, los capangas mundiales de la industria automotriz, suspenden trabajadores porque las concesionarias no le venden un 0km ni a Magoya.
Sin embargo, con todos los números en contra, oficiales y privados, Macri fue capaz de decir en el comienzo del año legislativo que “la economía crece”, y que aumentan las inversiones y las exportaciones.
Para quien hace de las giras oficiales una extensión de sus interminables vacaciones pagas, “el mundo nos acompaña” y reclama a los gritos que los argentinos caminemos mansamente al matadero. Como dice la lengua popular, un cínico a prueba de bala. De esas que tanto le gustan disparar a las fuerzas armadas que conduce la ministra que hoy rankea para acompañar en una hipotética fórmula presidencial al niño rico que gobierna para los ricos.