Familias de Juárez Celman: embarazo perdido, epilepsia, broncoespasmo y diabetes 1
60 adultos y 49 niños desalojados de Juárez Celman permanecen hacinados en un salón parroquial en condiciones muy duras. Aborto espontáneo y diversas enfermedades. El Gobierno no acerca soluciones aceptables para el colectivo.
viernes, 15-junio-2018

Imágenes desoladoras. El 1 de junio pasado se produjo el violento desalojo de barrio Parque Esperanza.
El sacerdote Julio Monje, de la parroquia Nuestra Señora de los Milagros de Salta de barrio Guiñazú, denunció la durísima situación por la que están pasando las familias expulsadas del barrio Parque Esperanza de Juárez Celman, que la semana pasada sufrieron un violentísimo desalojo ordenado por la Justicia y el gobierno de la Provincia.
El cura dijo que actualmente en la parroquia permanecen 60 adultos y 45 niños “alojados en situación de hacinamiento”. “Una señora llamada Vanesa perdió un embarazo por esta situación. Hay una persona dializada, con muletas, con el pie lastimado a quien la policía hirió cuando los desalojaron. Una niña de 12 años con epilepsia, niños con broncoespasmo por el frío. Un joven de 19 que según la médica va camino a ser insulino dependiente. Y acá no hay heladera (para preservar insulinas). Están hacinados, todos en el mismo salón de la parroquia que está en construcción. La situación es muy difícil. Hoy hizo tres grados bajo cero y los baños quimicos están afuera, aunque hay un bañito al lado del salón. Los que tienen familia, van a bañarse a Ciudad de los Niños. Los que no, no tienen donde bañarse. Obviamente, como sucede con la convivencia en estas situaciones, hay problemas también. Conviven bolivianos, cordobeses, peruanos, personas del norte argentino, y a veces no es fácil. Comida hay, porque todos los días vienen de las congregaciones religiosas y traen carne, verdura, leche, no perecederos. No es un tema de comida, es un tema de qué solución se les va a dar a estas familias”, sostuvo el párroco.
La capilla donde las familias desalojadas aguardan una respuesta, en un marco de diálogo hoy trabado y sin visos de encontrar un rumbo, se ubica a 200 metros del predio que ocupaban antes de la expulsión a pura topadora y fuego. A 200 metros de donde construyeron sus precarios hogares. Si bien hay médicos provistos por la UNC y una ambulancia que envió el Ministerio de Salud de la Provincia, la situación es crítica y todo conduce a que empeore.