Golpe al golpe

Se autoproclamó presidenta interina aferrada a la Biblia y, un año y cuatro meses después, fue detenida luego de ser hallada escondida en un baúl por la Policía Boliviana. La “nórdica” Jeanine Añez fue la cara visible del violento Golpe de Estado a Evo Morales que se pudo consumar gracias al apoyo de organismos internacionales como la OEA y la UE, a los cuales recurre ahora desde prisión.

 martes, 16-marzo-2021

Jeanine Añez se quejó de que fue una "aprehensión abusiva". Durante su dictadura, murieron más de 30 personas y hubo alrededor de 1500 detenciones ilegales.


Aferrada a la Biblia, Jeanine Añez se autoproclamó presidenta de Bolivia en noviembre de 2019 cuando se consumó el Golpe de Estado en Bolivia. “Esto es lo que quiere Bolivia: vivir en paz, en democracia y en libertad”, expresó en aquel momento. Un año y cuatro meses después, fue hallada escondida en un baúl por la Policía Boliviana y detenida – junto a otros tres ministros – acusada por los delitos de sedición, conspiración y terrorismo. “Es una aprehensión abusiva”, se defendió, a pesar de que la Dictadura Cívico Militar Eclesiástica que encabezó asesinó a más de 30 personas y detuvo, de manera ilegal, a alrededor de 1500 personas.

Quien reniega de sus orígenes, se jactó de tener rasgos “nórdicos” y realizó declaraciones xenófobas y discriminatorias en un país que tiene más del 40% de población indígena, fue la cara visible de un plan perfectamente orquestado por la derecha boliviana, la Iglesia Católica, la OEA y la UE, entre otros. Casualmente, son esos organismos internacionales a los que recurrió desde su prisión y los que pidieron “que se respeten las garantías del debido proceso y se dé transparencia a todos los procedimientos legales”.

Tiene orejas largas, cola de pompón y salta: es un conejo

Si bien la dictadora siempre habló de “una reposición de la legalidad constitucional”, lo cierto es que hubo ataques coordinados y dirigidos contra los líderes que estaban en la línea de sucesión del presidente Evo Morales los días previos al Golpe de Estado.

Víctor Borda, titular de la Cámara de Diputados, renunció presionado por los ataques violentos que habían sufrido su hermano y su familia. A la vicepresidenta de la cámara, Susana Rivero Guzmán, agresores le coparon su casa: lo había denunciado y nadie se “lo tomó en serio”. Luego de la renuncia de Evo Morales y Álvaro García Linera, ella y Adriana Salvatierra – presidenta de la Cámara de Senadores – fueron llevadas a una reunión en la Universidad Católica por el embajador de la UE en Bolivia, León de la Torre, en donde representantes de la Iglesia y la derecha les adviertieron que “con ustedes o sin ustedes” iban a resolver la sucesión.

Con un plan perfectamente orquestado por los sectores reaccionarios, Adriana Salvatierra también dimitió para salvar su vida y la de su familia. Sumado al clima de tensión que se vivía, la policía liberó el Palacio Quemado el día anterior al Golpe. Antes, tanto el jefe de policía como el jefe del Ejército, William Kaliman, habían “sugerido” la deposición de Evo Morales de su cargo “ante la escalada de conflicto que atraviesa el país”.

“Nuestro norte ha sido derrotar a la violencia sin usar violencia”, diría tiempo después Jeanine Añez.

Sin fraude, hay Golpe

La detención y prisión preventiva de Jeanine Añez se enmarcan en un proceso judicial cuyo debate de fondo es determinar si hubo un Golpe de Estado o un fraude electoral. “Hay 9 tribunales departamentales de Justicia que han dictado el sobreseimiento en la causa por fraude electoral. No hay ni una sola prueba ni una sola acta que demuestre que Evo Morales fraguó las elecciones”, señaló Iván Lima Magne, ministro de Justicia y Transparencia del Estado Plurinacional de Bolivia. “Sin fraude, hay Golpe”, sostuvo en diálogo con El Destape.

Para el funcionario de Luis Arce, existió un discurso moral que amparó el derrocamiento del líder cocalero. “Como Estado Boliviano habíamos confiado la auditoría de las elecciones en el secretario de la OEA, Luis Almagro. Fue su palabra la que generó la idea de que en el país había existido un fraude”, aclaró. En el mismo sentido, se refirió el senador Adolfo Mendoza Leigue que indicó que ni el informe del organismo – que tuvo muchas deficiencias – habló de fraude. “Almagro ha tenido una práctica continua y recurrente para desestabilizar los gobiernos progresistas en América Latina. Es el que hace el trabajo sucio del Departamento de Estado de EEUU”, finalizó.