“Hay que pensar en una reconstrucción al estilo posguerra”

El economista Andrés Asiain consideró que el gobierno de Alberto Fernández utiliza una estrategia moderada con el objetivo de no tensar ni confrontar con los sectores del poder real y así evitar el oportunismo tanto de las élites dominantes como de los operadores políticos que buscan instalar una política de violencia y desestabilización en el país. Asimismo, reflexionó que la salida de la crisis generada por la pandemia no puede ser tradicional y anticipó que será necesario un “Plan Marshall” criollo.

 martes, 14-julio-2020

El economista Andrés Asiain analizó el contexto pos pandemia, las posibles salidas económicas y el gobierno de Alberto Fernández.


La crisis inédita generada por la pandemia dispara una serie de interrogantes acerca del presente y el futuro, tanto a nivel local como internacional. En abril, el FMI estimó que las consecuencias económicas y sociales serán similares a la que dejó la Gran Depresión de 1929. Lo cierto es que el mundo no va a ser igual luego del coronavirus. En ese sentido, el economista y director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, Andrés Asiain, vaticinó que es necesario repensar la estrategia económica porque “no se puede salir de esta crisis con una idea tradicional”, como por ejemplo aumentos a los jubilados y de la AUH, crecimiento de la obra pública y mejoras salariales. “Hay que pensar en algo más contundente: una reconstrucción al estilo de posguerra, con un Plan Marshall criollo tal como plantearon los movimientos sociales”, aseguró durante una entrevista a Nada del Otro Mundo.

Desde el instituto que dirige elaboraron el “Plan Hornero”, en el cual uno de los puntos centrales que plantean es la aplicación de un programa de reactivación macroeconómica basado en la creación de miles de puestos de trabajo, con una movilización entera de los sectores económicos “de la mano del Estado” – como lo fue el Plan Quinquenal – orientado a garantizar el abastecimiento de bienes esenciales a toda la población y buscando la independencia de las regiones en pos de una economía más flexible y federal. “Si el siglo XX fue el de las concentraciones urbanas, el siglo XXI puede ser el de la descentralización, aprovechando las nuevas tecnologías, como el teletrabajo y el comercio electrónico”, analizó. Así, el docente de la UBA señaló que este programa deberá ser a largo plazo e implicará una reestructuración del entramado productivo más federal y movilizará a “pymes, cooperativas y sectores de la economía popular”.

Por otro lado, el economista reflexionó acerca del camino que está trazando el gobierno nacional y sostuvo que “no fue una frase feliz” la que realizó el presidente Alberto Fernández al decir que “se equivocó” con el proyecto de expropiación de Vicentin porque “pensó que iban a salir todos a festejar”. “Que la sensación generada más bien en la ciudad de Buenos Aires y movilizada por redes sociales por algunos sectores económicos sea leída como ‘la opinión general del pueblo’, me parece mínimamente ingenuo”, precisó. “Creo que es más bien una estrategia de gobierno que intenta no ir a la confrontación con los sectores económicos y sociales, sino más bien ensanchar la base social de lo que fue la experiencia, sobre todo, del último gobierno de Cristina Fernández”, explicó.

De esta manera, apuntó fuerte contra las élites dominantes y los grupos de operadores políticos vinculados a la derecha en la región que buscan instalar una política de violencia y desestabilización, tal como han logrado imponer en Bolivia con el Golpe Cívico Militar a Evo Morales, o con la destitución de Dilma Rousseff y la detención de Lula Da Silva en Brasil. “Creo que el Frente de Todos ve que el contexto internacional no es favorable. Por eso Cristina lo eligió a Alberto, con la idea de generar un gobierno moderado que negocie con los factores de poder interno, para evitar que hagan la de siempre que es repartir el país – como hizo Macri- y ahora somos una semi – colonia económica”, detalló. “Es la historia trágica de todos nuestros países: tienen una clase dominante ultra-radicalizada, que se presta a operaciones y que son capaces de entregar el país para mantener ciertos privilegios que ni siquiera se les cuestionan gravemente”, concluyó.