“Un femicida es un hijo sano del patriarcado”

Cecilia Merchán subraya las conquistas y también las problemáticas pendientes en la lucha por la igualdad de los géneros y apunta a la gravedad con la que debería abordarse cada nuevo caso de femicidio. En la raíz, asegura, se trata de atacar la manera en que la sociedad cría y crea hombres que consideran que pueden "tomar y hacer lo que quieran con el cuerpo de las mujeres".

 lunes, 9-marzo-2020

Cecilia Merchán, secretaria de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, define como "espeluznante" la estadística sobre los femicidios que siguen registrándose en el país.


La desigualdad en el centro de la escena: desigualdad de poder, de representación, de salarios, de acceso a la justicia y la seguridad. Las mujeres siguen poniéndole el cuerpo a las fisuras que el Estado sigue sin atender en las emergencias de violencias de género y en lo que va de marzo hubo dos femicidios por día, con 69 mujeres que fueron asesinadas desde el primer día del año.

Para Cecilia Merchán, secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y autora de la ley que en 2011 incorporó el femicidio como agravante en el Código Penal, el dato sobre el incremento de mujeres asesinadas por su condición de mujeres no debería alterar la gravedad con la que necesita ser atendida la emergencia. Más o menos femicidios no es la cuestión. Uno solo debería ser demasiado.

“Así fuera igual o más o menos, lo que tenemos que saber es que la cantidad es espeluznante. Cada femicidio des una atrocidad para nuestra sociedad y debe tomarse como una cuestión de una gravedad absoluta. Tenemos que salirnos del morbo como se muestra, luego de darle visibilizad, que era muy importante, ahora lo que tenemos que hacer es atacarlo con políticas públicas que no solamente ataquen a la violencia en modo extremo, sino también todas las formas de desigualdad que vivimos las mujeres, lesbianas, trans, dentro de nuestra sociedad porque va a ser la manera en que esta sociedad deje de criar y crear hombres que tengan la consideración de que pueden tomar y hacer lo que quieran con el cuerpo de las mujeres. Este es el tema fundamental a tratar y trabajar y además tener políticas públicas para prevenir, para el acceso a la justicia, que trabajen con las familias de las víctimas, hay un montón de cuestiones a trabajar, que es responsabilidad del Estado y también del conjunto de la sociedad, de todos los ámbitos, cómo trabajamos el corazón profundo de las desigualdades que vivimos dentro de esta sociedad”, dice, en una entrevista con Nada del Otro Mundo.

La desnaturalización de la violencia contra las mujeres es parte de la deconstrucción que sigue siendo urgente. “Hace muchos años, creo que en el 1994 o 95, yo trabajaba en la guardería Juana Azurduy en el IPV de Argüello, donde todos los días había habido un femicidio, y esas noticias no salían en los diarios ni en ningún lugar. Todas esas mujeres habían estado en situaciones de violencia donde no tenían ni dónde denunciar, como el caso de Fátima, la última víctima”, cuenta Merchán y agrega que desde entonces, la cantidad de mecanismos municipales, provinciales, nacionales para buscar asistencia y protección se han multiplicado, pero que todavía “hay que profundizar la capacitación, la formación de los que están a cargo de esa tarea”.

En relación a los casos de presidentes que hacen apología de la violencia contra las mujeres, Merchán pone distancia entre el modelo que proponía Mauricio Macri, cuando decía que a “a todas las mujeres les gusta que les digan qué lindo culo que tenés” y la posición que tomó Alberto Fernández, el primer presidente en anotarse en una capacitación de género por la Ley Micaela. “Por eso para mí, así como teníamos a Macri diciendo las barbaridades que decía, ahora tenemos a Alberto Fernández que fue el primero que se sentó con nosotras a formarse con la Ley Micaela, que aborda la formación específica, fundamentalmente para las altas autoridades, para que no cometan esos errores que no son errores sino violaciones de derechos. Que el presidente se lo ponga al hombro, que diga que no sabe, que tiene mucho para aprender, que está en construcción de su propio aprendizaje, de eso se trata, de ver que tenemos que tener una mirada diferente. Necesitamos políticas constantes, permanentes, sin descanso y que estén en los altos niveles de decisión política. Lo que se hizo en estos años, y que es impactante, lo que hemos logrado los feminismos, todavía faltan años luz. Hay que lograr que estos temas estén en el centro de las discusiones”.

Con respecto a la formación de un ministerio de género, Merchán lo compara con la creación del ministerio de Trabajo en 1949, luego de la organización del movimiento obrero. “Ahora estamos hablando de democratizar las relaciones entre los géneros, y no es menor porque es lo que hemos logrado como sociedad. Pensemos cómo era la lucha contra la esclavitud, hoy nos parece una locura que una persona por ser negra se la considerara un objeto. Hoy nos parece insólito que las mujeres no pudiéramos votar, pero eso es cuánto las organizaciones, los estados, las instituciones o sociedades en su conjunto aprietan el acelerador, muchas tenemos el acelerador puesto, yo le llamo el sedimento, estamos todo el tiempo en una tarea muchas veces invisible, pero que se multiplica y es algo muy bueno, muy increíble”, dice.

El objetivo de las luchas contra esas violencias, asegura Merchán, es comprender también que un femicida no es una anomalía ni un psicópata, sino un producto de la sociedad machista que lo crea. “Un femicida no es un enfermo sino un hijo sano del patriarcado. El corazón de todo esto es lo que hay que transformar. Los medios tienen una altísima responsabilidad de hablar de estas cosas desde otro lugar, de no mostrarlo como la noticia del día, y se prende otra después sino yendo a la profundidad estas cuestiones. Se trata de articular todos los ámbitos donde nos movemos, los deportes, la salud, la política, todos los ámbitos donde nos movemos”.