La base está
El macrismo ya activó el despliegue de tropas en La Quiaca, frontera con Bolivia. Desde la Asamblea Popular de la Puna denuncian que es una base norteamericana encubierta y que la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo son una excusa. “Acá no hay carteles de droga con poder militar”, aseguran.
jueves, 16-agosto-2018

Así luce La Quiaca en las últimas horas: efectivos que van y vienen, camiones, aviones e infraestructura para armamento de alta complejidad.
Mauricio Macri, Oscar Aguad y Patricia Bullrich estarán mañana en Jujuy para dar el puntapié inicial al despliegue de tropas en la frontera. Serán 500 efectivos en esta primera etapa para terminar el 2018 con 3.000 desplegados. Sin embargo, desde las organizaciones populares de La Quiaca denuncian la instalación de una base norteamericana encubierta y una complejidad e infraestructuras que no guardan relación con el nulo poder militar del narcotráfico y el terrorismo en esa zona y que es lo que sirve como excusa para llevar a cabo esta maniobra.
Las personas que están en La Quiaca atestiguan que el despliegue incluye alta tecnología a nivel de comunicaciones, nidos para ametralladoras antiaéreas y una pista para grandes aeronaves de más de 2,5 kilómetros.
“El decreto de Macri viene a disolver la diferencia entre defensa y seguridad. Rompe con una tradición, un pacto social y político que es uno de los pilares de la democracia”, aseguró a este portal Santiago, uno de los referentes de Asamblea Popular de la Puna. Según denuncian, la instalación de esta base se da en el marco de un acuerdo firmado por nuestro país con la Guardia Nacional de Georgia, una fuerza militar estadounidense que pertenece a ese estado.
Ese acuerdo se firmó en noviembre de 2016 y fue criticado por el CEMIDA (Centro de Militares para la Democracia Argentina) que argumentó que “pone en peligro la soberanía nacional”. Para la Asamblea Nacional de la Puna, la de Jujuy es una de las tres bases que Estados Unidos pretende instalar en nuestro país. Las otras son la de Neuquén –ya instalada- y la de Misiones, que por la reacción popular no se llevó a cabo (todavía). “Acá, la fachada es la guerra contra el narcotráfico y el terrorismo, pero acá no hay carteles con poder militar ni hay terrorismo”, aseguran desde la organización social puneña.
Además, señalan que esto es parte de “los objetivos de James Mattis”. Mattis es el jefe del Pentágono quien precisamente está de visita en nuestro país y admitió que conversa con el gobierno acerca de la reforma de las FFAA. “Quiero asegurarme de que sabemos qué es lo que está pasando con su Ejército y a dónde se dirige”, dijo el funcionario de Trump, en una frase que es una afrenta a la soberanía y autodeterminación argentinas bajo la costumbre yanqui de pararse como el sheriff global. Desde el gobierno, nadie le respondió.