La campaña los amontona

En el inicio del año electoral, cuando quizá considere su regreso al Congreso o a ocupar un espacio más central en el escenario partidario, Miguel Ángel Pichetto arrancó borrando con el codo lo que había dicho con la boca y salió a caminar las villas que hace un año quería hacer “volar por el aire”.

El ex jefe del bloque peronista en el Senado, ex aliado del kirchnerismo y ex candidato a vice de Mauricio Macri en la derrota de 2019, se dejó ver en una visita a las obras del Ministerio de Desarrollo y Hábitat del GCBA, junto a María Migliore, en el territorio de los barrios Rodrigo Bueno y la Villa 20.

El contexto no es casual y la compañía tampoco. Pichetto viene de cruces y chispazos con Horacio Rodríguez Larreta y, ante la proximidad de las urnas, el lema de la unión hace la fuerza le ganó al divide y reinarás. Por ahora, la bandera blanca es tendencia y lejos parece haber quedado la acusación que le hizo al jefe de gobierno porteño de financiar a Juan Grabois y propiciar el “pobrismo” como base electoral.

Sin ningún título de funcionario público y con la única excusa del proselitismo, el ex senador ahora se saca fotos en las villas, poco más de un año después de pedir que se dinamite y “que vuele por el aire” la villa 1-11-14. En octubre de 2019, poco después de la derrota en primera vuelta de Macri, Pichetto se refería en estos términos a los barrios de emergencia. “Argentina es un país muy generoso. En la Villa 1-11-14 había dos colas. Una que manejaba el narcotráfico paraguayo… para no ponerle calificación de nacionalidades, porque después se enojan conmigo, una nacionalidad determinada, que tiene vinculación con la marihuana, hacía la venta de marihuana. Y otros muchachos de afuera del país, que han venido a este país tan generoso, vendían cocaína. Dos colas. Todo esto fue tomado por un drone y después entró la Gendarmería. La verdad, habría que dinamitar todo, que todo vuele por el aire”, dijo entonces.