“La comida no alcanza”

"Pasamos de dar milanesas a dar guiso de alita de pollo", comentó el director de la Fundación La Luciérnaga. En dos meses se quedaron sin reservas de carne y la demanda aumentó. "Todos los días alguien nos toca la puerta y nos pide comida o trabajo", dijo la trabajadora social de la ONG.

 viernes, 12-octubre-2018

En todos los comedores de la ciudad se incrementaron las bocas para comer.


“En dos meses se nos vació el freezer. Ya no tenemos carne, porque las donaciones de carne y milanesas cayeron muchísimo y aumentaron las bocas para comer”, relató el director de la Fundación La Luciérnaga, Oscar Arias, en relación a la situación que atraviesa el comedor que funciona en la ONG, como consecuencia del aumento de la pobreza y de la inflación imparable. “Antes servíamos milanesas, ahora servimos guiso de alitas de pollo, que es riquísimo pero no es lo mismo”, sostuvo.

“La comida no alcanza”, admitieron desde La Luciérnaga en un mensaje vía Twitter donde piden la colaboración de los cordobeses. “#CórdobaSolidaria|Damas y pasajeros, pasajeras y caballeros, hoy interrumpimos su viaje por las redes para pasar la gorra: en nuestro #comedor, la comida no alcanza. Escribannos a laluciernagarevistacultural@gmail.com, o llamen al 0351-4681059”. Con ese texto, al entidad puso un alerta público sobre la creciente dificulad para responder a la mayor demanda de comida. Diversos comedores populares describen la misma situación: menos recursos, más demanda.

“Empezó a subir la demanda. El comedor viene sirviendo 60 o 70 raciones por día, lo que hacen unas 12 mil anuales. La prioridad es para los canillitas, pero ahora viene gente en situación de calle y gente de barrio Güemes y pregunta si hay comida”, explicó Arias al comentar por qué decidieron pedir calaboración a la comunidad. “El 90% de nuestros donantes son particulares y con la crisis hay una gran caída de las donaciones”, agregó.

Florencia Molina es la trabajadora social de la Fundación. En diálogo con el portal Al Revés, comentó que “todos los días alguien toca la puerta del comedor y pide comida o algún trabajo. Han aumentado los familiares de los canillitas que piden comer, incluso niños. También, la gente en situacion de calle. A veces los propios canillitas traen a alguien de la calle para que coma. En el almuerzo, se siente mucho que hay más demanda”. En relación a las donaciones, la profesional dijo que han caído “todas en general” y que el Banco de Alimentos, de donde se provee el comedor, ya no entrega los mismos productos que antes. “Ya no recibimos arroz sino fideos y salsa de tomate, harinas y mucho aceite”, ejemplificó.

Gestiones ante la Provincia

Hasta ahora, el comedor de La Luciérnaga se sustentó con aportes del Banco de Alimentos y con donaciones. La situación económica modificó la situación. “Históricamente funcionamos por fuera del Estado, en forma autogestionada, pero ahora estamos haciendo gestiones para que la Provincia nos sume a la red de comedores” que sostiene, comentó Arias.