La desesperación de vivir en los márgenes

La directora de una escuela primaria de adultos de barrio Marqués Anexo contó la situación desesperante que sufren muchos de sus alumnos por la pobreza extrema. Según le manifiestan, prefieren estar en lugares de encierro porque allí al menos tienen asegurada la comida. Marginación, adicciones y delincuencia: causas y consecuencias de un modelo que olvida personas.

 viernes, 26-julio-2019

Barrio Marqués Anexo, uno de los lugares donde la marginación deja a muchas personas en condiciones de vida extrema.


Marqués Anexo es un barrio que contiene en su interior varias villas, que muestran en su interior algunas de las situaciones de pobreza más extrema de nuestra ciudad. Enclavado en esa zona, está la escuela primaria de adultos que dirige Gabriela Oliva. La docente llegó a un punto límite cuando escuchó a sus alumnos decir que preferían estar en lugares de encierro –a los que entran y salen habitualmente- porque ahí tienen asegurada la comida. En sus casas, la alimentación no está garantizada.

“Uno de los alumnos me dijo que quería estar preso porque dijo que ahí come las cuatro comidas y tiene lugar para dormir. Estaba en un centro de detención cerca del Hospital Rawson”, cuenta Gabriela.

Los relatos de los alumnos, jóvenes mayores de edad, tienen una crudeza estremecedora que se refleja en las palabras de la docente: “Manifiestan que no tienen ganas de estar vivos, ganas de estar en este mundo. Por eso eligen la nada y sienten que nunca van a poder salir del lugar donde viven y la situación que tienen. No encuentran nada que los arraigue a la vida”.

Mientras el modelo imperante propone como solución para la inseguridad un aumento y un endurecimiento de la fuerza represiva, las causas de la delincuencia callejera quedan cada vez más lejos en el análisis de la opinión pública. La marginación extrema es el caldo de cultivo de las adicciones. “Dicen que eligen drogarse porque es muy lindo no sentir dolor, ni físico ni espiritual”, cuenta Gabriela, con cierto pudor.

El Estado no dispuso de las herramientas para rescatarlos de la marginación. Tampoco de las adicciones. Pero cuando, en ocasiones, estos jóvenes caen en la delincuencia, la única respuesta es la represión. Causa-efecto. Marginación-adicciones-delincuencia-represión. La historia sin fin encuentra sus profundidades más oscuras en los modelos del olvido y el descarte.

“No tengo cómo agarrarlos a la vida. Darles una herramienta que les sirva para que su vida y la de los otros cobren valor”, cierra Gabriela.