Mauricio Macri se arrogó la facultad de conseguir un arreglo con el FMI “en cinco minutos” si hubiese ganado las elecciones en el 2019.
Quienes investigan el tema saben que la deuda es un problema serio que acarrea la Argentina desde la Dictadura Cívico Militar en adelante y que ningún gobierno ha podido resolver fácilmente.
Sin embargo, la gestión de Cambiemos logró ubicar a nuestro país como el principal deudor del FMI.
El organismo internacional le otorgó el préstamo más grande de su historia para conseguir que Argentina se alinee con los intereses de EEUU y así enderezar este “hermoso bus turístico al que no le funcionan las ruedas”.
Nada de cinco minutos
Esta semana “pasaron cosas”. Con un razonamiento contrafáctico, Mauricio Macri se jactó de poder arreglar la deuda con el FMI en “cinco minutos” si hubiese ganado las elecciones en el año 2019.
Hablamos con Julio Gambina, doctor en Ciencias Sociales y economista político especializado en deuda externa, sobre las declaraciones del ex presidente.
“No hay manera de arreglarlo en cinco minutos. Es un problema muy serio que acarrea Argentina desde 1976 en adelante y que nadie logró resolver definitivamente”
Julio Gambina, economista político
Casi todos los gobiernos terminaron presos de un círculo vicioso en donde renegocian la deuda que heredan, pagan y vuelven a endeudarse.
En el caso del préstamo por 45 mil millones de dólares que recibió la gestión de Cambiemos por parte del FMI, se trata de una hipoteca impagable por su magnitud y por haber sido contraída en divisas.
“Argentina no fabrica dólares, ni euros, ni yuanes”
Para Gambina, no se avizora un horizonte a partir del cual Argentina pueda producir un excedente que permita saldar semejante deuda.
Negociar mientras se paga
Más allá de que se llegue a un acuerdo con el FMI a fines de marzo como deslizó el embajador argentino en EEUU, Jorge Argüello, Argentina va a continuar abonando lo que se venza. Pagó 1900 millones de dólares en septiembre y deberá desembolsar lo mismo en diciembre.
“Mientras se negocia, se sigue pagando”
Julio Gambina, doctor en Ciencias Sociales.
Fue el préstamo más grande de la historia del organismo y convirtió a la Argentina en el principal deudor. El 65% de la deuda está concentrada en Argentina.
De acuerdo al análisis de Gambina, el crédito fue político y buscaba asegurar la presencia de Estados Unidos – principal accionista del FMI – en el territorio a través de la reelección de Mauricio Macri. Y así lograr encarrillar “el hermoso bus turístico al que no le funcionan las ruedas”.
Odiosa, ilegal e ilegítima
Como miembro fundador de la ATTAC – Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana – Julio Gambina defiende la suspensión del pago de la deuda y la auditoría con participación popular.
Tal como esgrimió Estados Unidos en contadas ocasiones – como cuando invadió Irak – para ocupar pero desligarse de pagos, la deuda externa contraída por Cambiemos es “odiosa”.
Se trata de una estafa en donde quien presta el dinero sabe que el otro no puede pagar, y quien recibe el préstamo también sabe que no va a poder afrontar la deuda.
“No se tomó deuda ni para el pueblo ni para la Nación. Se tomó deuda para que un grupo de empresarios y privilegiados usaran esas divisas y las fugaran”
Julio Gambina
La ilegalidad y la ilegitimidad se vinculan con una aprobación que no pasó por el Congreso Nacional – sino por un Poder Ejecutivo que se endeudó con una cierta apariencia de legalidad – y con una deuda que ahora debe afrontar el pueblo.
Frente a un panorama mundial complicado, el FMI emitió 456.000 millones de Derechos Especiales de Giro en el marco de la emergencia desatada por la covid-19.
Si bien a nuestro país le corresponde menos del 1% de esa cifra, Argentina no destinará ese dinero a combatir los efectos de la pandemia. Lamentablemente, lo utilizará para continuar pagando el millonario crédito que no hará otra cosa que acentuar aún más la deuda social.