La falta de humanidad de los negligentes
Desde el año pasado, el Banco Mundial, la OMS y la mayoría de los países del mundo sabían que era posible una pandemia como el coronavirus. El Consejo para Monitorear la Preparación Global (GPMB) había elaborado un informe en donde advertía la posibilidad de un peligro “agudo global” que podía provocar pérdidas de vidas, crisis económica y caos social. La preparación ante este riesgo significaba tan sólo una inversión de alrededor de dos dólares por persona y por año, diez veces más barato que el costo de una tragedia.
martes, 17-marzo-2020

Sin desidia, los Estados del mundo podrían haber evitado las más de 7 mil muertes y los más de 181 mil infectados por coronavirus en el mundo que hay hasta hoy
La negligencia, usualmente, tiene un costo muy alto. Mucho más aún si quienes incurren en ella son los Estados y sus gobiernos. Este parece ser el caso frente al coronavirus: detectado por primera vez entre noviembre y diciembre del año pasado en Wuhan, China, pero pronosticado dos meses antes por el GPMB, un organismo integrado por prestigiosas personalidades como Gro Harlem Brundtland – ex primera ministra de Noruega y ex directora de la OMS – , Elhadj As Sy – secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja- , Henrietta Fore – directora de la Unicef – y el presidente de la Fundación Bill & Melinda Gates.
El GPMB confeccionó un informe titulado “Un mundo en riesgo” – vaya que sí – cuyos destinatarios eran el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según publicó Página 12, el documento especificaba que podría producirse un “peligro agudo” – epidemias o pandemias – de alcance regional o global, que provocaría muertes, crisis económica y caos social. A su vez, detallaba que factores como la urbanización creciente, la economía global, la rapidez de los viajes y las comunicaciones, las migraciones y el cambio climático profundizarían este “peligro”. Además, tendría un impacto muy grande sobre la psiquis de la población por el pánico, sumado a que traería graves consecuencias en la seguridad nacional, el comercio, los servicios y el turismo.
Tal como expresó ayer el politólogo Atilio Borón a Nada del Otro Mundo, el Banco Mundial comparó este posible “peligro” o pandemia con la Gripe Española de 1918, que generó la caída del 5% del PBI mundial – el FMI considera un “desastre económico” cuando hay una caída del 0,5 por ciento -, enfermó a la tercera parte de la población del planeta y se llevó la vida de 50 millones de personas. Pero los Estados reaccionaron lento ante esta información que conocían a la perfección. Anticiparse y prepararse ante este tipo de contingencias como el coronavirus implicaba un “gasto” de alrededor de dos dólares por persona por año, lo cual significaba una inversión de entre dos mil y 3.500 millones de dólares por año y en todo el mundo. Diez veces más barato que el costo económico – si contar el costo social – de una tragedia.
El informe argumenta que el mundo no avanzó en materia de investigación y desarrollo de la cuestión epidémica ni en inversión sanitaria, lo que puede provocar el sufrimiento de los países más pobres o débiles en ese sentido, además del colapso de los sistemas sanitarios que conduce a más muertes – no sólo por la epidemia en sí – sino también por la desprotección de la población en general. Italia y España son un claro ejemplo de esto. Por último, el documento explicita que las patologías respiratorias de alto impacto se ven reforzadas por la velocidad de infección y la facilidad del transporte. Hasta hoy, el coronavirus ya mató a más de 7 mil personas y hay más de 181 mil infectados en el mundo.